Diario de León

Porsche. Un ‘nueveonce’… muy especial

Ascendiendo al volcán más alto del mundo

Fieles a la más pura tradición motorística de Porsche, los 443 CV del turboalimentado 6 cilindros ‘Bóxer’, y la tracción a las cuatro ruedas, resultaron ser los mejores aliados para los ‘grandotes’ neumáticos todoterreno que se montaron en el «muy especial» 911. PRSCH

Fieles a la más pura tradición motorística de Porsche, los 443 CV del turboalimentado 6 cilindros ‘Bóxer’, y la tracción a las cuatro ruedas, resultaron ser los mejores aliados para los ‘grandotes’ neumáticos todoterreno que se montaron en el «muy especial» 911. PRSCH

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León

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JAVIER FERNÁNDEZ

Reto… de altura. Durante décadas, casi seis, el Porsche 911 se ha llevado al límite, en circuitos, rallyes y carreteras.

Ahora, se escribe un nuevo capítulo: dos unidades experimentales del 911, se las ‘han rodado’ donde no hay carreteras, donde el aire es escaso y donde no existe vida vegetal… a temperaturas muy por debajo del punto de congelación.

Allí, en ese inhóspito terreno, se ha desarrollado la primera prueba para que un 911 pueda presumir de haberse convertido en uno de los pocos vehículos en alcanzar una altitud tan extrema: 6.007 metros (19.708 pies) con Dumas al volante, superando pendientes de vértigo y zonas heladas que pusieron a prueba las aptitudes de ambo —piloto y coche—, a 30 grados bajo cero y con la mitad de oxígeno que a nivel del mar.

Infranqueables muros de nieve estacional, y una helada cumbre, fueron los retos finales donde el ‘nueveonce’ demostró sus cualidades: prueba completada con éxito… y el equipo fascinado por la experiencia.

A pesar de la gran cantidad de hielo y nieve en la cima del volcán, se alcanzaron los 6.000 metros, hasta donde las gélidas paredes impidieron al equipo seguir avanzando.

El 911 (tipo 992) Carrera 4S, sirvió de base para estas dos «muy especiales» unidades, equipadas con el turboalimentado 6 cilindros ‘Bóxer’ de 443 CV —el mismo que se monta en de serie—, unido a una caja de cambio de 7 velocidades, también original de serie; una base que mostró sus excelencias merced a la combinación de un robusto y a la vez ligero chasis, una corta distancia entre ejes, la elevada potencia del motor y, eso también, a la capacidad para hacer frente a altitudes extremas.

Con estos mimbres, los ingenieros del Centro de Investigación y Desarrollo de Porsche en Weissach, en estrecha colaboración con Romaní Dunas Motorsport, dieron rienda suelta a su creatividad en la creación de un 911 específicamente preparado para las exigencias montañosas.

En lo referente al equipamiento de seguridad, ambas unidades adoptaron barras antivuelco, asientos de fibra de carbono y arneses, cumpliendo así con los requisitos exigibles en un proyecto de tal envergadura; añadiéndose también ejes pórtico para aumentar la distancia libre al suelo (350 milímetros); mientras las específicas relaciones de cambio, más cortas, permitieron acelerar con precisión y suavidad a bajas velocidades, adaptándose igualmente a los grandes neumáticos todoterreno.

Además, los coches estaban equipados con una protección especial de bajos en fibra de aramida, tan ligera como resistente, para ‘resbalar’ sobre la nieve.

También se añadió un dispositivo («Warp-Connecter), originariamente diseñado para las carreras, que forma un enlace mecánico entre las cuatro ruedas para permitir una constante carga entre ellas, incluso cuando están en los extremos —alargamiento— del recorrido de suspensión, propiciando una máxima carga de tracción.

Se utilizaron bloqueos manuales, e intercambiables, de los diferenciales, junto con un innovador sistema de dirección por cable.

Por último, se los dotó de un cabrestante en la parte delantera de la rediseñada carrocería, capaz —la carrocería— de alojar la llantas y neumáticos todoterreno de 310 milímetros de ancho.

El sistema de refrigeración también tuvo que desplazarse hacia arriba, para que el 911 afrontase los tramos más escarpados sin sufrir daños.

El toque final… carrocería con dos distintivas decoraciones: una con los colores de Porsche Motorsport que adronan el 963 LMDh, y una segunda con temática ‘nueveonce’ realizada por los diseñadores de Weissach.

«Hace más de 30 años, un equipo de ingenieros de Porsche instaló la tracción a las cuatro ruedas en un 911 para explorar, ¿qué pasaría si…? Hoy, estoy orgulloso de ver cómo esta natural curiosidad de nuestros técnicos por buscar los límites, probar nuevas ideas e inspirar, siga viva».

No le duelen prendas a Frank-Steffen Walliser, vicepresidente de Arquitectura Completa de Vehículos en Porsche AG, a la hora de piropear a su ingeniero Michael Rösler (encargado del proyecto) y a los demás componentes del equipo.

¡Conseguido… el reto!

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