Diario de León

Transportes. De Opel a Blitz… y un tren de carga

‘Blitz’, así bautizaba Opel a sus camiones ligeros y medios entre 1930 y 1975. Hace 90 años, ‘Blitz’ abrió camino a los actuales Combo Cargo, Vivaro y Movano. Esta es su historia…  

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‘Rayo’… hacia el futuro. El nombre de un modelo acabó convirtiéndose en el célebre símbolo de Opel. Desde que los 6 cilindros de gasolina (55 CV) ‘ronroneaban’ bajo el largo capó de ‘aquel’ camión… han cambiado mucho las cosas: después del medio millón de unidades fabricadas hasta 1987 en las plantas de Rüsselsheim, Brandenburg y Luton, los ‘Blitz’ han devenido hoy en Combo, Vivaro y Movano, animados por motores turbodiesel de hasta 180 CV.

Un 'rayo' convertido en marca...

La «Z», con dos franjas horizontalmente estiradas evocando la silueta de un rayo, sigue apareciendo hoy en el emblema de Opel.

En 1899, las furgonetas de reparto y transporte ‘System Lutzmann’ arrancaban su producción en Rüsselsheim; en 1907, llegaba el primer camión: tres cuartos de tonelada sobre neumáticos con aire, sistema de transmisión por cardán y motores de 2 o 4 cilindros. Durante la Gran Guerra, se introducen normas específicas para la fabricación militar de «camiones estándar» de hasta cuatro toneladas; aquellos robustos camiones de Opel, se vendieron hasta principios de los años 20.

En 1923, se lanza una nueva gama de camiones ligeros, con carga útil de una o dos toneladas, y en 1931… la generación de vehículos comerciales modernos: «camiones de transporte rápido», desarrollados en tiempos económicamente difíciles y, tras un concurso popular en toda Alemania (1930), publicitados como ‘Blitz’, término elegido entre cerca de 1,5 millones de propuestas; también usado por Opel para sus bicicletas desde 1889 y que, durante las próximas seis décadas, simbolizaría la división de vehículos comerciales en la marca con dos modelos básicos de 1,5 y 2 toneladas de carga útil, tres distancias entre ejes y dos motores: Blitz «6» (tetracilíndrico de 2.6 litros) y «Marquette» (6 cilindros).

También el primer Opel de posguerra fue un camión… un Blitz de 1.5 toneladas, con motor de 6 cilindros y 2,5 toneladas, que marcaba la reanudación productiva del fabricante con el ceremonioso corte de cinta a cargo del comandante general del Ejército de los EE. UU. Geoffrey Keyes.

Aquel camión, encargado por un hombre de negocios de Wiesbaden, costó 6.600 marcos, tenía una carga útil de 1.725 kilos y estaba impulsado por el motor de 6 cilindros (55 CV) que se utilizaba en la berlina Capitán.

Hasta finales de 1946, se fabricaron 839 camiones Blitz, cuya producción total alcanzó, en diciembre de 1951, las 37.117 unidades.

Sustituto del 1,5 toneladas, el renovado diseño del Blitz de 1,75 toneladas, se granjeó la popularidad en los mercados europeos: amplia parrilla, voluptuosas aletas y cabina de acero, muy al estilo del diseño americano de los 50; eso, y la suavidad del 6 cilindros y 2.5 litros, le permitía destacar muy por encima de los típicos ‘rudos’ motores de otros camiones de la época.

Además, con el aumento en su capacidad de carga —2.0 toneladas— el Biltz podía transportar más de lo que pesaba, lo que acabó por convertirlo en ‘objeto de deseo’ para los carroceros: autobuses, capitoné de mudanzas, reparto de paquetería o bomberos ‘vistieron’ las plataformas de 3,30 o 3,75 metros de largo, el llamado «Rundschnautzer» (nariz redonda) atesoró en su haber 20.000 unidades anuales; en 1960, coincidiendo con el cambio de modelo, su producción total alcanzó las 89.767 unidades.

La generación Blitz de los sesenta, adoptó un nuevo motor de 6 cilindros y 2.6 litros, además de un capó más corto e inclinado para, en 1965, dar paso a un radical cambio de imagen: frontal más expresivo en una cabina que enfatizaba las líneas horizontales; motor tetracilíndrico de gasolina (1.9 litros y 70 CV), que había debutado en el Opel Rekord B; para, sólo un año después (1966) estrenar un 6 cilindros en línea, que permitía a los Blitz de 2,1 y 2,4 toneladas alcanzar una punta de 110 por hora.

Entre las múltiples conversiones carroceras de los camiones Blitz, el ‘Rundschnautzer’ (nariz redonda) también se ‘vistió’ de bombero. OP

Abrochando la década de los 60, el Blitz se consagraba como uno de los camiones ligeros más populares del mercado alemán (uno de cada dos vendidos) con, incluso, una mecánica diesel en su catálogo y 417.211 unidades en su haber cuando, el 10 de enero de 1975, finalizó su producción en Rüsselsheim y Brandenbourg…

El modelo que materializó el emblema de Opel… desaparecía de catálogo, aunque su nombre seguiría presente en una furgoneta compacta que, dos años antes (1973), se había incorporado a la gama de vehículos comerciales de Opel: el Bedford Blitz.

A renglón seguido, en los 70, Opel se centró en los turismos, trasladando la producción de comerciales a la planta inglesa de Luton, con modelos impulsados por motores diésel y los potentes gasolina de Vauxhall; así, el Bedford Blitz resultaba de lo más convincente: motor delantero, propulsión trasera bajo la zona de carga, suspensión delantera McPherson… y conducción similar a la de un coche.

Consecuencia: gran éxito ‘de crítica y público’ por su carrocería autoportante, su plana superficie de carga y sus grandes puertas; resultando especialmente popular como base para transformaciones ‘camper’, lo que le valdría —eso además— superar el 20% de cuota de mercado, a la vez que Opel ofrecía camiones pesados Bedford (10,2 toneladas de peso bruto) bajo el nombre de Blitz.

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