Diario de León

Los 160 guardas peinarán la provincia en busca de datos para el censo del lobo

El nuevo inventario confirmará si el número de manadas ha crecido desde el 2001.

Huellas de lobo detectadas en Picos por los guardas.

Huellas de lobo detectadas en Picos por los guardas.

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pilar infiesta | redacción
León

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Los 160 agentes medioambientales de León van a participar activamente en la elaboración del nuevo censo autonómico del lobo ibérico al Norte del Duero. En esta ocasión, ‘peinarán’ palmo a palmo los 15.581 kilómetros cuadrados de la provincia en busca de huellas de este escurridizo animal que permitan determinar cuántas manadas existen y dónde se localizan. El trabajo de campo comenzará el próximo mes de mayo y se prolongará durante el verano por ser la mejor época para seguir la pista a estos depredadores.

Antes, se dividirá el mapa de la provincia en cuadrículas de cien kilómetros cuadrados y se asignarán entre tres y seis de ellas a cada agente. El compromiso es que los guardas efectúen varios recorridos que sumen 40 kilómetros a pie en cada una de las cuadrículas de terreno que les corresponda para detectar indicios del lobo. Pisarán esos itinerarios de mayo a junio, y repetirán de julio a agosto.

«La metodología respecto al último censo del 2001 ha cambiado, ahora se va a mirar en todo el territorio, desde Tierra de Campos a Picos, para no dar por supuesto que no hay lobos en determinadas zonas. Tenemos, no obstante, que determinar los recorridos que realizarán los agentes en cada cuadrícula. Si por ejemplo en alguna hay una gran extensión agrícola y al fondo una pequeña masa forestal, se centrarán en esa masa», explica Pedro Díez, presidente de la Asociación de Agentes Medioambientales de León.

Los principales indicios que dejan estos mamíferos para marcar su hábitat son raspaduras y excrementos. Dos aspectos que los guardas irán anotando. El siguiente paso será crear estaciones de observatorio y escucha para confirmar la presencia de manadas y cachorros. «Determinar el número exacto de ejemplares de lobo en León es imposible, se habla de entre 1.500 y 2.000 que es una horquilla muy amplia. Por eso nos centraremos en conocer las dinámicas de población y en saber cuántas manadas puede haber», matiza.

La población de lobos se expande como una mancha de aceite, si se detectan animales en una zona nueva es porque la contigua estaba ya saturada. El Plan de Gestión del Lobo en Castilla y León establece que se debe llevar a cabo un censo de sus poblaciones cada diez años. A lo largo de esta semana, los agentes medioambientales de León están recibiendo las instrucciones para la recogida de datos sobre el terreno y la elaboración del censo del 2013.

A través de las marcas que utilizan estos carnívoros para comunicarse entre sí, se puede establecer una aproximación de la cantidad de manadas reproductoras existentes. En cada zona intentarán revelar si se está produciendo un retroceso, una expansión o la estabilidad de la especie con respecto a años anteriores.

Díez precisa que «debido a que el lobo es el animal más complejo de gestionar en el medio natural, su censo y sus resultados van a ser examinados minuciosamente tanto por sus detractores como por sus defensores». La asociación apuesta por la coexistencia del lobo con la ganadería en extensivo, que realiza una labor «impagable de limpieza» de los montes que ayuda a conservar especies y a evitar los incendios.

También cree que ganaderos y ecologistas deberían tender puentes para compatibilizar el necesario desarrollo de la ganadería con la supervivencia del lobo como especie, y rechazan el uso de venenos, porque acaban afectando a otros animales.

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