Diario de León

ACCIDENTE EN LA MINA

40 años de la peor tragedia del carbón

La sirena volvió a sonar en el grupo María en recuerdo de los mineros muertos y mañana se celebra un homenaje en Caboalles de Abajo 

El grupo María se cerró en febrero del año 2000. DL

El grupo María se cerró en febrero del año 2000. DL

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V. ARAUJO / A. DOMINGO | VILLABLINO / LEÓN
León

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La sirena del grupo María, de la extinta Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), volvió a sonar ayer a eso de las siete de la tarde, tras casi 20 años de cierre de la explotación. El bocinazo de la mina de Caboalles de Abajo rasgó la tarde plomiza de un valle donde la actividad minera guarda completo silencio para recordar el cuadragésimo aniversario del peor accidente que ha sufrido el sector del carbón leonés: diez trabajadores fallecieron el 17 de octubre de 1979, en el taller de la capa 13 del grupo, a 150 metros de profundidad, por la descompresión repentina de una bolsa de gas, recogieron los informes oficiales, que no convencieron entonces a los sindicatos. Las centrales apuntaron distintas causas, como una explosión de grisú. Sin embargo, son muchos los que apuntan que la deflagración hubiera provocado muchos más muertos.

Los relatos de los testigos recogen que se escuchó una explosión, seguida de un fuerte golpe de viento. El desprendimiento de carbón fue tal que desde el principio se supo que no existía la más mínima opción de rescatar a los afectados. El mineral lo cubrió todo y fueron necesarios dos días para rescatar los cuerpos de las diez víctimas. En este trabajo sin esperanza, participaron más de dos mil mineros, organizados en turnos de cuatro horas.  

Arselí Fernández, vigilante, de 44 años; Otilio Álvarez Fernández, posteador, de 44 años; Antonio Restrepo Vior, picador, de 17 años; Manuel Gómez Acebo, picador; Adolfo Real Suárez, barrenista, de 32 años; Emilio Pinillas Álvarez, ayudante de mina; Alfredo Prieto Suárez, ayudante minero, de 19 años; José Auviaña Díaz, ayudante minero; Basilio Uría Cangas, maquinista de 31 años; y Manuel Gómez Díaz, enganchador de 21 años, perdieron la vida en un siniestro que paralizó la actividad en las cuencas leonesas y asturianas durante dos jornadas. Seis dejaron hijos —uno de estos, cinco—, en un accidente que solo tenía parangón en el que se vivió el 6 de mayo de 1952, en Santa Lucía de Gordón, cuando nueve mineros perdieron la vida en El Socavón, de Hullera Vasco-Leonesa. Solo se registran desde entonces otras dos grandes tragedias: la del grupo Río, en Fabero —con 8 muertos, el 19 de noviembre de 1984— y la del grupo Tabliza, en Llombera de Gordón —seis fallecidos, el 28 de octubre de 2013—.  

Como no podía ser de otra manera, el suceso sacudió a una España que estrenaba democracia. Los reyes, de viaje en Suecia, enviaron un telegrama de condolencias. Por el mismo medio llegó el pésame del presidente Suárez y el de los ministros de Industria e Interior. Funerales masivos —las noticias de entonces hablan de unos 10.000 asistentes—, decenas de coronas de flores, tensión en los mineros, dolor y resignación en las familias...  

Ahora, la Cofradía del Cristo de los Mineros, la Parroquia de Caboalles e Inculca rinden homenaje a los diez mineros que no regresaron a casa. Los actos, programados para mañana, comenzarán a las 11.00 horas, con una misa en la iglesia de Santa María. Posteriormente, se realizará una ofrenda floral en el monumento minero, acompañada de interpretaciones musicales.

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