Diario de León

Crimen de Astorga: el juicio

El acusado y la víctima habían acordado vivir juntos pero haciendo vidas separadas

Los hijos confirman que él quería separarse ya que «no soportaba las infidelidades» y había caído en una depresión

El acusado, entrando ayer en la Audiencia, para asistir a la tercera jornada del juicio que sigue hoy. RAMIRO

El acusado, entrando ayer en la Audiencia, para asistir a la tercera jornada del juicio que sigue hoy. RAMIRO

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El acusado por la muerte de su mujer en Astorga quería separse de la victima ya que «no soportaba más», las infidelidades de su esposa. Así lo manifestaron ayer en la vista en la que se juzga este crimen en la Audiencia Provincial tanto los hijos de la pareja, como el psicólogo que atendía al sospechoso meses antes de los hechos.

«Yo al principio no le creía cuando me decía que mamá estaba con alguien, que la veía muy rara, pero cuando vi que ella colgaba corazones y mensajes románticos por las redes sociales empecé también a sospechar ya que ya había habido episodios con señores anteriormente», explicó la hija del matrimonio durante el juicio, que confirmó que su padre estaba sumido en una profunda depresión antes de los hechos por lo que ella misma decidió llevarle al psicólogo.

Defensa del hijo

«¿Un maltratador pidiendo el divorcio?, si llego a saber lo que pasaba le hubiera ayudado a separarse»

De hecho narró como en mayo recibió una llamada de la comisaría de Astorga donde había acudido su padre a pedir ayuda para sacar sus enseres de la vivienda familiar, y para preguntarle si podía ir a vivir con ella a su casa.

«El tiempo que estuvo en mi casa estaba muy mal y ella —la madre— no paraba de llamarle para que volviera, hasta que un día se presentó en casa para hablar con él», relata la hija, que se rompió cuando recordó lo que ocurrió meses después. «No me creía lo que había hecho mi padre, no era él», contaba la joven en referencia al momento en el que su padre descubrió que su madre mantenía una relación sentimental con su vecino, y que tras discutir, la disparó presuntamente e intentó también acabar con la vida de su vecino tras pillarles chateando. «Nunca me imaginé que fuera él —el amante de su madre—, me lo contaron después los vecinos», concluyó.

Motivos económicos

El psicólogo del acusado explicó que no se separó porque debía mantener su Durante la vista de ayer casa y ayudar a su hija

Más contundente fue su hijo, que aseguró que la depresión de su padre se debía en parte por las sospechas de infidelidad, pero también por la separación de su hija y la mala relación que tenía con su yerno, el cual tenía una orden de alejamiento. «Mi ex cuñado le llamó ‘el cornudo de Astorga’ en las redes sociales y eso le hundió».

El joven, que prestó declaración por videoconferencia desde la Audiencia de Oviedo, afirmó que veía a sus padres como un matrimonio ejemplar, «y luego me enteré de que él había pedido los papeles del divorcio, ¿me oyen?, un maltratador pidiendo los papeles del divorcio», declaró bastante alterado. Después añadió que «si llego yo a saber de lo que me enteré después le hubiera animado a hacerlo, pero él no lo hizo porque quería mantener la unión familiar». Lo que el testigo no se podía creer, y así lo manifestó en el juicio, es que «mi madre estuviera con el vecino, mi padrino de confirmación, cuando él mismo, durante el velatorio de mi madre me dijo que era mentira, que no hiciera caso de lo que se decía en la prensa», concluyó.

El psicólogo que meses antes del suceso atendió al acusado manifestó que sí que es cierto que se quisiera separar. «Estaba muy preocupado porque creía que su mujer le engañaba y eso le causaba mucha angustia, también estaba preocupado por la situación de su hija, ya que limitaba sus decisiones». De hecho el facultativo declaró que «descartó la separación por motivos económicos, ya que con su sueldo creía que no iba a poder mantener su casa y la de su hija, a la que desde su separación ayudaba».

El especialista aseguró que antes de que tuvieran la segunda sesión, un mes antes del crimen, el acusado le llamó para anular la cita ya que había llegado a un acuerdo con su mujer por el cual vivían juntos en el domicilio familiar, pero con vidas separadas. «Me dijo que estaba mejor, y se le veía bien con la decisión tomada por ambos, entendí que había aceptado la situación de su mujer», concluyó el testigo.

El juicio contra el policía nacional jubilado, para quien la Fiscalía pide una pena de 25 años por asesinato y siete más por tentativa de asesinato, continuará hoy en la Sección Tercera de la Audiencia de León.

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