Diario de León

«Aquello que viste, Rosa, ese humo en el cielo, era fuego»

Rosa González recuerda cómo encontró el meteorito.

Rosa González recuerda cómo encontró el meteorito.

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M. RABANILLO | LEÓN
León

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Rosa recuerda cada detalle de aquel 9 de julio de 1931. En su memoria impecable revive cómo caminaba por las calles del pueblo hacia las nueve y media de la mañana para hacer un recado para su madre cuando notó como a su espalda caía una piedra. «Pensé que alguien me la había tirado», cuenta desde la casa de sus sobrinos en León, en donde reside desde que hace cinco años dejara Ardón. No era un día corriente. Hacía ya un rato que tronaba y el cielo se había oscurecido con una extraña nube de humo. Pero no eran truenos. «No, no lo eran —recuerda—. Hacía ‘pas, pas’ y despedía humo». Por eso paró un momento en casa de su tía antes de seguir su camino, hasta que cesaran aquellos ruidos. Pero volvamos a la piedra. «Al darme la vuelta la ví, allí, en el suelo e intenté cogerla pero quemaba mucho». Pensó entonces que había caído de una chimenea, pero no había ninguna encendida. Siguió caminando —iba a la bodega a llenar una botella de vino, bien frío— y a la vuelta se hizo con la extraña piedra. «Aún quemaba, pero como la botella estaba fría, me la iba cambiando de mano». Lo contó nada más llegar a su casa. «Pero... ¿quién te tiraría una piedra», le decía su madre, intrigada. Pasó aquel 9 de julio, con la piedra guardada en una caja, casi olvidada. «Al día siguiente vino el cura a mi casa, quería ver la piedra. —¿La tienes ahí? —me dijo—. Se la mostré y, tras observarla, me aseguró que se trataba de un aerolito». «Aquello que viste, Rosa, ese humo en el cielo, era fuego. Si hubiera sido de noche se hubiera visto bien la llama», le aseguró don Pedro.

Rosa tenía entonces 11 años. Ahora, con unos espléndidos 94, no se abruma ni una pizca con su nueva faceta mediática. Entremedias, el meteorito, Ardón, crió malvas en una caja de esas en las que se guarda de todo. Su sobrino José Antonio reconoce que Rosa le había contado la historia hace al menos tres décadas. «Hace un año se la envié al CSIC», aclara. Pronto, no se sabe aún cuando, una parte de Ardón volverá a casa. Al fin y al cabo, lleva muchos años en la familia.

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