Ascel neutralizará cualquier intento de la Junta de pedir controles de lobos
Llegan al Ministerio las primeras peticiones para aplicar excepciones a la protección vigente
Ante la petición de las primeras iniciativas de algunas Comunidades Autónomas, como Cantabria, para que el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico consienta autorizar muertes de lobos, la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) asegura que «ni se cumplen, ni se cumplirán las condiciones para autorizar excepciones a la vigente protección general del lobo (LESRPE), de forma que esa vía excepcional no puede ser nunca la utilizada por las Comunidades Autónomas para retomar su anterior práctica usual de muerte irracional de lobos, ya superada».
Por eso, desde este grupo conservacionista considera «inadmisible que tras décadas de lucha para la protección legal efectiva de una especie, solo siete meses después de conseguir dicha protección, el Ministerio abra la puerta a matar lobos, cediendo a las presiones de las administraciones autonómicas. En este sentido denuncian que tanto Asturias, como Galicia, Cantabria y Castilla y León buscan «subterfugios para intentar degradar una norma nacional y seguir matando lobos como única herramienta de gestión».
Pero es que además, dado que la primera petición de excepción a la protección del lobo partió del Ejecutivo de Cantabria, Ascel advierte advertir que acaban de presentar un Recurso de Casación al Tribunal Supremo, fechado el 12 de abril de 2022, contra la Sentencia de primera instancia sobre el Plan de gestión del lobo de Cantabria (2019). Así pues consideran que «no hay firmeza en el marco de gestión que maneja el Gobierno de Cantabria, ni la habrá» y recuerdan que «si el marco no es firme, y las excepciones no son posibles, no hay opción para autorizarlas.
Acel pone esta situación en conocimiento del Ministerio y avanza que actuará para impedir la regresión normativa, «no admitiendo muerte alguna de lobo, un logro conseguido tras muchos años de lucha por nuestra asociación, y una reclamación largamente anhelada por la sociedad española desde finales del pasado siglo XX», concluyen.