Diario de León

Sentencia

Condena de 28,5 años al policía jubilado que asesinó a su mujer

ASTORGA

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El policía jubilado Ángel A.A., de 71 años, ha sido condenado a una pena de 28,5 años por la Audiencia Provincial de León al considerar que fue responsable del asesinato de su mujer, María Isabel Alonso, de 62 años, de un disparo el 24 de julio de 2018 en Astorga. Durante el juicio, él aseguró que el arma se disparó accidentalmente cuando forcejeaban tras quitarle el teléfono móvil para poder ver «con quién se estaba mensajeando a las 2.30 horas» de la madrugada. La sentencia le responsabiliza también de haber disparado contra un vecino que vivía en el piso superior y herirle en el hombro.

El fallo impone 21 años de prisión por el delito de asesinato de su mujer, concurriendo las circunstancias agravantes de parentesco y de género y le condena también por homicidio en grado de tentativa a la pena de siete años y seis meses de cárcel.

El condenado debe, además, indemnizar a Sacyl con la cantidad de 5.418,26 euros.

El que fuera agente de la Policía Nacional relató en el juicio que llevaban casados más de 40 años, en los que «nunca había habido ningún problema» hasta «un par de meses antes de los hechos». 

La vista oral finalizó el pasado el 19 de marzo con la lectura de las conclusiones finales en la que la Fiscalía mantuvo la petición de 32 años de cárcel para el acusado.

En la lectura de sus conclusiones, durante la última de las sesiones del juicio celebrado desde el pasado 15 de marzo en la Audiencia de León, la Fiscalía reiteró su petición de 25 años por asesinato y siete por tentativa de asesinato, si bien incluyó entonces la agravante de género dado que la víctima fue una mujer "por el hecho de serlo".

La acusación pública sostuvo que el acusado asesinó a su mujer la madrugada del 24 de julio de 2018 en el domicilio conyugal de un disparo en la cara, y que intentó hacer lo mismo con un vecino tras leer en el teléfono móvil de su esposa unos mensaje amorosos entre ambos.

Rechazó lo declarado por el acusado y subrayó que su intención de matar quedó sobradamente demostrada por las pruebas practicadas en el juicio.

Además, criticó algunas intervenciones durante la vista oral "que parecían que quisieran justificar la agresión por las infidelidades".

La defensa destacó que el procesado no es un asesino, ya que sufrió un episodio de ofuscación cuando se enteró de la infidelidad de su mujer y su vecino, y demandó aplicar una eximente completa -ofuscación- y calificar los hechos como homicidio imprudente.

Durante su declaración en la primera jornada del juicio, el acusado aseguró que disparó de forma fortuita en el transcurso de un forcejeo contra su mujer y recalcó que nunca tuvo la intención de matarla.

Respecto a su vecino, explicó que solo pretendía asustarle para que no se riera de él y dijo que lo que pasó fue fruto de la "ofuscación" que sintió al constatar que su mujer le engañaba con su vecino y "amigo".

El vecino herido prestó declaración al día siguiente y, en contra de lo manifestado por el acusado, aseguró que la intención del procesado de acabar con su vida fue clara.

Explicó que pudo salvar la vida gracias a que se abalanzó sobre él cuando vio que iba armado y eso le impido dirigir con precisión el disparo, que finalmente le entró por un hombro.

Admitió que mantenía una relación sentimental con la víctima desde enero de 2018, y dijo que, tras oír ruidos en el piso de sus vecinos, sonó el timbre de su casa y al abrir la puerta se encontró el acusado encañonándole con un arma de fuego, quien le recriminó su relación con su esposa y le espetó que le iba a matar.

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