Auténticas mafias con las últimas tecnologías para ‘burlar’ la ley

A pesar del fuerte control que se ejerce por parte de los agentes medioambientales y del Seprona para perseguir a los furtivos, lo cierto es que es complicado su ‘caza’, ya que se sirven de las últimas tecnologías, como armas silenciadas, localizadores o gafas de visión nocturna, para burlar la ley. Además, son auténticas mafias que se vigilan unos a otros y se comunican en clave para alertar de la presencia de los agentes.

Al marge de las armnas de fuego, otro de los métodos que utilizan es el cepo de alambre, camuflado entre matorrales. Al pisarlo, el animal queda aprisionado por una de sus patas e inmovilizado. Además de no poder defenderse, sufren graves infecciones en las heridas o mueren desangrados.

Los furtivos también utilizan lazos y jaulas trampa en donde introducen a un animal vivo –conejos, tejones o incluso perros, una vez desechados para la caza- para atraer a sus presas.

La Guardia Civil detuvo el pasado mes de noviembre de 2018 a seis personas en León y otras dos en Oviedo, como presuntas autoras de delitos contra la fauna por acciones de caza furtiva. En la operación se incautaron de numerosos trofeos y piezas de caza naturalizadas o congeladas, armas, precintos, documentación, herramientas y objetos propios de la práctica de la caza. En concreto se les incautaron un muflón, 17 ciervos, 22 corzos, 17 rebecos, ocho 8 jabalíes, un macho montés, una gineta, un urogallo —especie declarada en situación crítica de extinción—, y dos ardillas. También se les requisaron siete rifles, 14 escopetas, un cañón de rifle, cuatro bocachas, un silenciador, tres foco, cuatro linternas con baterías y cargadores y armas blancas y otros utensilios y herramientas usados para la caza.