Diario de León

Avanza el desmantelamiento de la térmica de La Robla con el 36% de la obra ejecutada

La demolición de las dos torres de refigeración y de la emblemática chimenea se abordará en los próximos meses

La mayor parte de los trabajos se han centrado hasta el momento en el achatarramiento de los equipos. DL

La mayor parte de los trabajos se han centrado hasta el momento en el achatarramiento de los equipos. DL

León

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Las obras para desmantelar la central térmica de la Robla avanzan según lo previsto, con un 36% ya ejecutado, según fuentes de Naturgy. Aunque de momento no se aprecian grandes cambios desde el exterior, ya que las actividades realizadas han consistido principalmente en el achatarramiento de equipos, situados en el interior de las edificaciones, el que fuera uno de los enclaves mineros más importantes de la provincia poco a poco se desdibuja del paisaje de la montaña central leonesa.

Entre los equipos ya desguazados se encuentran parte de las turbinas y alternadores que generaban la energía eléctrica y los transformadores que conectaban la  central  con la red eléctrica de transporte. También han desaparecido las cintas que transportaban el carbón desde el parque de almacenamiento a las tolvas para su consumo en las calderas, así como parte de los conductos de humos que conectaban estas con las chimeneas.

El siguiente paso será la demolición de las torres de refrigeración y la chimenea. La previsión, siempre supeditada a las autorizaciones pertinentes, es que la demolición de las torres sea en el segundo trimestre de este año, mientras que la de las chimeneas se acometerá en el tercer trimestre.

El proyecto de desmantelamiento de la  central  térmica fue presentado en junio de 2019 ante el Ministerio de Transición Ecológica y se optó por una demolición selectiva, que permite rentabilizar en lo posible los materiales susceptibles de reciclaje y genera un menor impacto ambiental que el que produce una demolición convencional.

El proyecto contempla una inversión de 12,9 millones de euros para hacer desaparecer las actuales instalaciones y dejar los terrenos adecuados medioambientalmente, unas obras que están siendo llevadas a cabo por la empresa vasca Lezama Demoliciones.

El grueso del presupuesto, unos 8,2 millones, se destina al desmantelamiento propiamente dicho de las instalaciones mientras que el resto, tres millones se destina a las actuaciones previas a la demolición y otros 1,3 millones en la gestión de los residuos generados, entre otros gastos necesarios.

En la demolición de la  térmica  se generarán 156.443 toneladas de residuos, de las que 87.764 (un 56%, hormigón con el que se construyeron las instalaciones) se reutilizarán en el relleno de balsas de decantación, fosos y sótanos que existen en las instalaciones, a fin de conseguir una parcela nivelada, y otras 68.679 se expedirán para su valorización o eliminación por parte de gestores autorizados.

El cierre de las centrales térmicas de carbón en España es un proceso desarrollado desde inicios de los años 2010 cuya finalidad es la clausura de todas las instalaciones termoeléctricas alimentadas con carbón en España. La Robla apagó su actividad en julio de 2020, después de 50 años de funcionamiento. Construida en 1970, la  central  llegó a emplear a 300 trabajadores en la época de mayor rendimiento.

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