La Bañeza entrega el Título de Hijo Predilecto a Conrado Blanco
Su fundación recogió el reconocimiento del que fuera Cronista Oficial
Autoridades, miembros dela fundación, familiares ya migos en las escalinatas del Ayuntamiento. DL
El Salón de Plenos del Ayuntamiento de La Bañeza acogió este sábado el acto de entrega del Título de Hijo Predilecto, concedido a título póstumo a Conrado Blanco (anterior Cronista Oficial de la ciudad de La Bañeza), a la Fundación Conrado Blanco.
En el acto estuvo presente la Corporación Municipal bañezana, presidida por el alcalde, Javier Carrera, el cronista, José Dionisio Colinas, la secretaria de la Fundación Conrado Blanco, Luisa Arias, y el resto de miembros del Patronato de la Fundación Conrado Blanco, así como diversas personas y representantes de las cofradías y asociaciones de la ciudad. Durante el evento se puso en valor la trayectoria del que fuera «el mejor embajador de La Bañeza, conocido por su labor de mecenazgo y creador de esta fundación, a la que hay que dar las gracias por continuar con su trabajo. También se le recordará como cronista y como un empresario que centró sus esfuerzos en contribuir a la prosperidad. Pero por encima de todo, fue un hombre que amó la cultura, la educación y que trató de expandirla a los demás, porque creía que si no conocíamos nuestro pasado no tendríamos futuro. Y fue un hombre orgulloso de ser bañezano. Conrado fue profeta de su tierra», concluyó el primer edil.
Recordar que este título del que se hizo entrega este sábado se concedió el pasado 2014, bajo el mandato del por entonces alcalde y actual portavoz socialista, José Miguel Palazuelo, que, al igual que el resto de intervinientes, quiso poner en valor la «sabiduría y sencillez» de Conrado, cuya «acción y mecenazgo sigue viva en La Bañeza a través de la fundación», concluyó la secretaria de este organismo.
Durante el acto también se procedió a la presentación del retrato de Conrado, realizado por el bañezano José Baeza, que lucirá en el Salón de Plenos, junto al de otro Hijo Predilecto de La Bañeza, Gabriel Fernández Cadórniga.