El benjamín de los criadores, de 33 años, vive en Astorga

El astorgano Isaac de la Fuente es un criador atípico por sus 33 años. «De mi edad no queda casi nadie, la mayoría de los que se dedican a esto son mayores y en León quedamos cuatro», indica. Dispone de seis cabezas de ganado asnal de raza zamorano-leonesa, en cuya cría se inició hace ahora diez años tras adquirir un ejemplar parra su madre. Mantiene cuatro hembras reproductoras y un garañón en una finca de dos hectáreas y la mayor parte de los boches que nacen en su explotación los vende.

Estas navidades vendió un borrico «a un chico de Palencia, que lo quería como regalo de reyes para su madre». Y es que el burro se ha convertido casi en una mascota «no siempre para el medio rural, porque gente de Madrid que posee una finca grande compra un burro por la satisfacción de tenerlo», que es lo que a él le mueve, porque, al fin y al cabo, el cuidado de los asnos le lleva un rato todos los días hasta el punto de que sacrifica sus vacaciones y las de su familia.

El astorgano señala que el burro precisa la décima parte de alimento que un caballo, lo que facilita su cuidado y que, en un invierno suave, «se mantiene sólo con el pasto y mucho mejor aún en la montaña, donde tiene más hierba que aquí». También destaca los beneficios de pertenecer a Aszal, «que te soluciona desde implantar el microchip a cualquier gestión que tengas que realizar o cualquier cosa que te falte».