RITOS QUE PERDURAN EN EL TIEMPO
Cachas en alto por la Virgen
Los vecinos de Joarilla de las Matas celebraron ayer la Fiesta del Pastor, de Interés Turístico Provincial, con la que honran a su patrona
Aunque la lluvia amenazó desde primeras horas con arruinar la jornada, nada detuvo a los miembros de la Cofradía de la Virgen del Rosario de Joarilla de las Matas, que desde 1833 honra a su patrona con la Fiesta Pastor, una celebración declarada de Interés Turístico Provincial.
Tras la lluvia, y después de que la dulzaina y el tamboril, la cofradía —formada por veinte miembros y cinco jóvenes aspirantes— inició el cortejo procesional por las calles de la localidad con la imagen de la Virgen del Rosario. A la cabeza la mayordoma de este año, Cristina, que recuerda que desde niña quiso asumir esta función, que consiste en preparar los actos y adornar la iglesia.
Ataviados de pastores, el cortejo comenzó este rito etnográfico con los tradicionales bailes de las Cachas con el que dan vida al tiempo de súplica y perdón ante la virgen.
En este momento los pastores apiñados ante la patrona, cachas en alto, bailan sobre uno de los fieles en demanda de suplica o perdón, y este recibe sobre sus espadas ligeros golpes penitenciales, mientras los cofrades entonan cánticos de suplica a la patrona. El acto es bautizado con Rito de la Triste .
Al concluir la procesión, cofrades rodeando a la patrona, solicitan permiso de acceso al templo. En este momento el párroco acompañado del alcalde, ante la petición de los pastores y vecinos congregados, dan su autorización. Es entonces cuando con el templo lleno de fieles se inicia el acto de la eucaristía, al momento de la conclusión cofrades, entonan ante la patrona el cántico del padre nuestro. Concluida la eucaristía, los actos se alargan hasta la caída de la tarde a ritmo de disco móvil.
Hoy lunes, continúa la fiesta a las 8.300 horas en la caza de la mayordoma donde se toma la parva, los dulces y los orujos caseros. Al finalizar los cofrades vuelven a desplegar sus danzas por las calles de Joarilla, mientras que se suelta a un cordero que correrá por las calles para librarse de ser capturado, en lo que se viene a llamar La Suelta del Borro.
Tras ser capturado es sacrificado, cocinado y servido de cena para los cofrades.