Diario de León

Entrevista | Jesús Fernández

«Por mi carisma, quiero estar cerca de los que sufren cualquier tipo de pobreza»

El Papa Francisco anunció ayer al mediodía el nombramiento del leonés monseñor Jesús Fernández como nuevo obispo de Astorga. El hasta ahora obispo auxiliar de Santiago de Compostela, asume el cargo un año y 24 días después de que la diócesis asturicense perdiera a su titular tras el fallecimiento de Juan Antonio Menéndez; hasta ahora estaba al frente diócesis el vicario, José Luis Castro, como administrador diocesano.

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El tañido de las campanas de la catedral de Astorga durante varios minutos a las doce del mediodía anunciaba ayer su llegada de forma inesperada. Una noticia que se hizo oficial paralelamente a la de la Santa Sede, que dio a conocer a ayer 12.00 horas el nombramiento designado por el Papa Francisco de monseñor Jesús Fernández González como obispo de Astorga.

Una designación que llega un año y veinticuatro días después del fallecimiento repentino fallecimiento del anterior prelado de la diócesis, Juan Antonio Menéndez Fernández, pero para la que el nuevo mitrado, hasta la fecha obispo auxiliar de Santiago de Compostela, asegura estar preparado.

—Dada la situación actual de la pandemia, nadie en la ciudad astorgana contemplaba por el momento la designación de un nuevo obispo. ¿Qué le supone a usted este nombramiento?

— Por una parte, un cierto respeto por la situación actual, pero por otro lado, una enorme ilusión. Es un nuevo reto en mi vida, el cual asumo con mucha responsabilidad. También tengo la fortuna de volver a mi tierra, a mi provincia y a una diócesis hermana, puesto que procedo de la de León y compartimos muchas cosas en común. En la provincia eclesiástica hay muchos encuentros y conozco a muchos sacerdotes de la diócesis, así como la problemática de la misma. Por eso, me hace mucha ilusión poder trabajar con esas personas que ya conozco, lo cual facilita también dar este salto y la toma de contacto.

—¿Se ve preparado para este cambio de cargo de obispo auxiliar de Santiago de Compostela a obispo de Astorga?

—Es un nuevo reto porque de ser obispo auxiliar a ser el titular supone un cambio sustancial. Es una responsabilidad mucho mayor porque hasta ahora tenía un arzobispo y trataba de seguir las indicaciones que él me iba marcando, pero sabiendo que la responsabilidad última es de él. No obstante, he de reconocer que tuve ciertas iniciativas en el campo de la formación de laicos y el arzobispo fue muy respetuoso con todas mis iniciativas. Ahora, evidentemente, al ser el titular toda la responsabilidad de la diócesis recae sobre mis hombros, pero sí me veo capacitado para dar este paso. 

—¿Se esperaba esta designación como prelado de Astorga?

—Me esperaba que podía haber un nombramiento porque la mera lógica lo decía. Hay más de diez diócesis españolas en sede vacante que se encuentran sin obispo y con esa cantidad de diócesis yo sabía que los auxiliares, utilizando el argot futbolístico, teníamos que dejar el banquillo y saltar al campo. Por eso, la posibilidad del nombramiento sí la contemplaba, pero lo que no sabía es a donde.

—¿Y cuál fue su reacción al saber que le designaron para la seo asturicense?

—Una gran alegría. Estoy encantado de que sea Astorga, no sólo porque me unen muchos lazos y estoy cerca de mi familia, sino porque es una diócesis con un gran patrimonio humano, artístico, religioso y espiritual con Santo Toribio y Santa Marta.

—Aún es pronto para preguntarle por sus objetivos, ¿pero hacia donde irán encaminados sus pasos como obispo?

—Primero, a conocer muy bien a la gente: a todos los agentes profesionales, sacerdotes, laicos, etc. Trataremos de ir viendo cuales son las dificultades, los problemas, la realidad que hay  que afrontar; empezando por la propia realidad de la pobreza, del dolor y del sufrimiento. Por mi propio carisma, puesto que mi escudo episcopal es  Evangelizare pauperibus (Evangelizar a los pobres), quiero estar cerca de los que sufren cualquier tipo de pobreza. Será prioritario la atención a todas las personas que puedan estar en soledad, estén sufriendo o sean pobres porque eso es lo que hizo Jesucristo al fin y al cabo.

—¿Mantendrá a los mismos cargos que han dirigido la diócesis durante la sede vacante?

—Seguirán los mismos. Les reafirmaré en sus cargos a todos porque es lo que debo hacer. Tengo muy buena impresión de todos ellos. Yo era muy amigo de Juan Antonio Menéndez, al cual añoro y lloro, y si él los eligió, confío plenamente en ellos.

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