Diario de León

Regadíos

El cierre de los cauces del Duerna condena el futuro de los regantes de la Valduerna

Exigen a CHD la regulación del río para poder regar sus cinco mil hectáreas todo el año y no dejar secos los acuíferos

La CHD ordenó el cierre de los cauces desde el Duerna al río Peces que abastecían el riego. JESÚS F. SALVADORES

La CHD ordenó el cierre de los cauces desde el Duerna al río Peces que abastecían el riego. JESÚS F. SALVADORES

León

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Las comunidades de regantes de la Comarca de la Valduerna han solicitado a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) la inclusión en el Plan Hidrológico 2021-2027 de un sistema del regulación de la Cuenca del Río Duerna con la adopción de los sistemas que se consideren necesarios con el fin de conseguir alternativas de gestión del agua adecuadas en toda la comarca y especialmente en la zona del interfluvio entre el río Duerna el Peces.

Mientras que otras comunidades, como las del Páramo o la de Payuelos, están inmersas en millonarios procesos de modernización, los agricultores de la comarca de la Valduerna siguen luchando, por lo menos, por seguir manteniendo sus tradicionales métodos para regar las cerca cinco mil hectáreas que permanecen productivas en la zona.

Por el margen izquierdo del Duerna discurre el río de los Peces, que ancestralmente se nutre de las derivaciones efectuadas en invierno desde el río Duerna a través de otros cauces o zayas secundarias, fundamentalmente a la altura de Castrillo de la Valduerna, Destriana y Robledo de la Valduerna.

«Toda la margen izquierda se recarga a través del río de los Peces y si en este no hay agua los acuíferos quedan vacíos y los pozos secos. De ahí la importancia de que este río de los Peces tenga caudal durante el invierno», explican los regantes, que aclaran que estas zayas son cauces naturales que existen desde la época prerromana.

Deterioro ambiental
La falta de agua desde octubre a abril causa además un enorme daño a la flora y la fauna

Fue hace unos años cuando la CHD consideró estas zayas cauces de riego y ordenó su cierre desde 1 de octubre al 1 de abril. Según aseguran los regantes de la Valduerna, el criterio que utiliza el organismo de la cuenca «es la necesidad de preservar un mal llamado caudal ecológico en el río Duerna».

Esta situación genera que ahora por el único cauce que pasa agua en otoño e invierno es por el río Duerna, por lo que aseguran que se ha producido un deterioro medioambiental importante en toda la comarca, además del efecto negativo en la recarga de acuíferos.

A su vez, el Duerna tiene agua hasta mediados de julio, como mucho, quedando seco hasta muy entrado el otoño, a menudo hasta el mes de noviembre, cuando ya vuelven las lluvias.

El riego de las fincas se viene haciendo desde siempre a través de los pozos que existen en toda la Valduerna y que se recargan anualmente tal y como se ha indicado.

Pero fue a partir del año 2018 cuando la CHD empieza a exigir a los regantes que se constituyan en comunidades, cuestión que según ellos mismos explican, «se está realizando en toda la comarca e incluso se está constituyendo un sindicato central que englobe a todas las comunidades, pero las cuestiones administrativas exigidas por la propia Confederación para tales fines son tan prolijas y complicadas que no es tarea nada fácil, aunque se está haciendo un esfuerzo titánico en toda la comarca».

Los regantes consideran que con la regulación del Duerna «se lograrían los objetivos previstos en la planificación hidrológica de alcanzar el buen estado de las masas de agua, prevenir su deterioro y promover el uso sostenible del agua, así como contribuir a la satisfacción de demandas y al desarrollo regional, pero sobre todo a que no se muera la Valduerna», afirman.

«Es sabido que la comarca tiene sus particularidades, pero difícilmente se puede mantener un caudal ecológico en el Duerna si no existe agua en el cauce», añaden.

Tanto para los regantes como para los propios vecinos de la comarca es evidente el deterioro medio-ambiental ocasionado por la falta de agua durante seis meses al año, desapareciendo cada año en el mes de octubre, al cortar de forma radical el agua, todas las especies de flora y fauna acuática existentes en la red de cauces que cruzan la vega. Por su parte el propio cauce del Duerna carece de agua en verano y otoño.

Como alternativas, los regantes proponen regular la cuenca con balsas de recogida que se recarguen en invierno, cuando hay mucho caudal, y se puedan utilizar en verano, no solo para los riegos, también para otros usos y para el mantenimiento mismo del agua en el río y como consecuencia del caudal ecológico. También proponen adoptar sistemas efectivos de ahorro de agua de riego mediante una modernización de regadíos y reconcentración parcelaria de la zona.

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