La comarca se queda sin su gran maestro musical

Prioro despidió ayer a su vecino, el padre Joaquín de Prado Rodríguez, quien ejerció su labor de sacerdote en Cistierna durante dos décadas. Fue en esta villa donde puso de manifiesto su amor por la música y su compromiso con los niños y los jóvenes. Así reunió a un grupo de ellos y puso en marcha el coro parroquial en Cistierna para dar paso a la creación de un grupo de coros y danzas tradicionales lo que pasó a llamarse el grupo de Coro y Danzas San Guillermo.

Su dedicación por la música hizo que muchos de los varios centenares de personas que pasaron y formaron parte de este grupo de coro y danzas pudiesen iniciarse en el aprendizaje de instrumentos como la guitarra, la bandurria o el laúd a lo que había que unir instrumentos de percusión como la pandereta o las castañuelas. También formó a la gente a la hora de trabajar la voz y distribuir a los niños y jóvenes para formarse como tenores, bajos, sopranos y contraltos.

Los comienzos fueron en la villa y los componentes del coro se reunían cada domingo en las misas para ofrecer sus cánticos después de varios días de ensayos a la semana. Pero Joaquín de Prado quería llegar más allá y llevó a esos niños y jóvenes por distintos puntos de la geografía española para participar en festivales folklóricos y corales. Además destaca la labor que realizó para recuperar mucha de la tradición folklórica popular de la montaña leonesa. Esto hizo que con los mismo componentes del coro formase un grupo de danzas que además interpretaban musicalmente y cantaban canciones populares de las comarcas de Cistiera, Boñar, la montaña de Riaño y diversos puntos de la geografía leonesa. Convenció a muchos de esos jóvenes para que se ataviasen con trajes regionales y tras muchos días y horas de ensayos dominasen un estilo de baile que conocían de sus padres y abuelos. Joaquín supo compaginar su labor pastoral con su labor musical. Su salida de Cistierna a la capital leonesa fue un antes y después de ese coro y grupo de danzas. Sus componentes llevan años reuniendose en agosto en una comida que trae a la memoria este grupo que llevó el nombre de Cistierna por la geografía española.