El comercio minorista rural busca la rentabilidad para evitar su total desaparición

O el comercio del medio rural encuentra la fórmula para alcanzar la rentabilidad o desaparecerá. Es la conclusión de tres de los grupos de acción local que trabajan en la provincia después de que la Diputación y la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) de Castilla y León firmasen un convenio para la adaptación de medidas que evite la desaparición de establecimientos comerciales en los pueblos y en vísperas de que la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, presente el informe sobre zonas desabastecidas en la Comunidad autónoma.

La competencia de las grandes superficies, que se nota incluso en las comarcas más alejadas, la falta de redes de abastecimiento y el círculo vicioso que supone la despoblación —sin vecinos no hay servicios y para qué ofrecerlos si no existen usuarios— son las principales dificultades a la hora de mantener abierto un comercio o un bar.

En su nuevo Plan de Comercio, la junta parte del diagnóstico de las empresas de venta minorista en el medio rural —que se conocerá hoy, como se ha indicado—, en un estudio que incluye la ubicación de la distribución y del aprovisionamiento, las perspectivas de negocio en determinadas zonas y las fórmulas más rentables para la implantación de establecimientos. Se busca captar operadores comerciales, «que utilicen la franquicia o sistemas cooperativistas para su implantación» en los pueblos «y ponerlas en contacto con emprendedores locales. Estos últimos dispondrán de «facilidad» en el acceso a la financiación.. Siempre que fuera posible, se utilizará la tienda del operador «para cubrir los nichos detectados», recoge el documento base del plan para el sector.

Desde los pueblos, la solución para el comercio minorista es compleja. La presidenta del Grupo de Acción Local (GAL) Cuatro Valles, Carmen Mallo, cree preciso otorgar a los comerciantes de este entorno unos «beneficios fiscales» que les permitan sobrevivir a la competencia y a la despoblación. Simplificar los trámites administrativos para crear pequeños negocios, asesoramiento y otorgar el dinero de las ayudas por anticipado son sus propuestas. «Pero tiene que hacerse ya o la despoblación se los llevará por delante. Estos verdaderos héroes deben ser declarados especie protegida», aseveró.

El abastecimiento de estos comercios, conseguir que ofrezcan preciso competitivos, el arreglo de carreteras y el uso de Internet son básicos para sacar adelante este sector en los pueblos. Mallo exige a las Administraciones «una escucha activa del medio rural», en la que base luego sus decisiones.

El presidente del GAL Montaña de Riaño, Borja Fernández, apuesta por un comercio de productos agroalimentarios de calidad que utilice como canal de venta Internet para llegar a los consumidores, pero no cree viable el comercio dentro de las zonas rurales, ante la falta de demanda y el atractivo de las grandes superficies.

Montañas del Teleno apunta a las grandes cadenas como competencia de un comercio local «que vende a precios más altos», señaló su presidente, Ramiro Arredondas. Los vecinos compran en cabeceras de comarca y ciudades, «pese a recorrer grandes distancias», dado que en zonas como la Cabrera «sólo nos quedan dos comercios». Arredondas señaló que «muchos lo han intentado y, al final, el resultado es el mismo: aguantan dos o tres años».

Una información de A. Valencia, A. Díaz, J.M. Castro, A. Medina y A. Domingo