Concilio en el santuario turístico de Vegacervera

Si hay un santuario turístico en León, se tiene que localizar en Vegacervera, que lleva años de devoción extrema a este ámbito de hacer del turismo, la distracción y el ocio, la oportunidad para que haya un mañana. Para que cuando vuelva a salir el sol, cuando los primeros rayos de la mañana rompan en las crestas de los muros del Torío, en el valle haya vida y la actividad del entorno no quede expuesta al avance de la vegetación del abandono y los piornales, que no son aconsejables si no es en su justa medida.

La feria del Agroturismo de Vegacervera es el concilio anual de esta religión que se supone politeísta, devota del dios natural,. del dios del río, del dios de la montaña, de los dioses que se sientan en la mesa, como Baco, y gustan de dar cuenta de los productos que da la tierra y la división ganadera, y luego moldean las manos sabias de los hombres y mujeres, manos artesanas desde tiempo inmemorial. Ese concilio agroturista convoca a fieles y a canónigos de la institución eclesial que se ha convertido el espacio natural del alto Torío, que Vegacervera arrulla en la cuna de las Hoces, la piedra angular sobre la que se edificó el templo.

Va Vegacervera por la vigésima edición de la feria de Agroturismo, que serían 22 si la pandemia no llega a cortar ese rosario persistente de divulgar, que quiso Luis Rodríguez Aller para poner en pie una comarca que en verano es una joya a la sombra del Polvoreda, y otros picos sagrados de León.

La feria de Agroturismo va de eso; de refundar cada verano el escaparate natural de una zona que se ha propuesto combatir el mal que acecha a una parte inmensa de la provincia de León. Hay expositores con contenido sobre la oferta que se puede contemplar en el entorno; la oferta natural, que es materia prima para que el visitante se acople y mimetice; la oferta inducida, plena de un relato infinito de actividades y posibilidades que hará que el que pruebe, repita. Los expositores se abren a las once horas del sábado, 13 de agosto; en ese mañana de retorno de la feria, que ofrecerá una menú particular infantil con hinchables, casi a la hora de la merienda de los niños. La segunda jornada, el domingo, 14, incorpora repertorio de fiestas patronales de los pueblos, para que el programa esté a la altura el ecosistema que se trata de proteger, para que perviva como fuente de vida. La degustación de bollos preñaos, que ya no falta en las fiestas de León; la tirolina sobre el río, con las Hoces allá atrás, de fondo. En un marco incomparable del Torío.