La cosecha de miel cae de nuevo este año al 50% y llega a los 482.000 kilos

No corren buenos tiempos para los apicultores. Los 1.900 profesionales que se dedican a la producción de la miel en la provincia de León, con 40.200 colmenas a su cargo, se enfrentan al cuarto año consecutivo de pérdidas, «algo difícil de soportar», según comenta el presidente de la Asociación de Apicultores de León, Javier Morán.

Cuando lo normal es una recolección de 20 kilos de miel por colmena, los apicultores se han tenido que conformar este año con doce, lo que arroja una producción del 482.000 kilos en esta campaña.

El año pasado, fue aún peor, ya que se no se superaron los ocho kilos por colmena. «Todo lo que sea por debajo de los 20 kilos es no cubrir gastos», recuerda Morán, que asegura que aunque todavía no hay bajas muchos apicultores se están plantando abandonar la actividad.

Entre las principales causas que hay detrás de este descenso de producción hay una que es especialmente evidente y que preocupa en gran medida a todos los profesionales del sector, el cambio climático. «Las fuertes tormentas que hemos sufrido en verano y los cambio bruscos de temperatura han perjudicado la floración, en el caso de León se ha notado especialmente en los castaños, lo que ha provocado una alta mortandad», explica Moran, cuya asociación representa al 90% de los apicultores de la provincia.

Otra de las causas que afecta al sector es la alta tasa de parasitación por varroa. «Hasta ahora hemos tenido controlado a este parásito, pero esta mostrando un a resistencia a los productos que estamos utilizando para combatirlo, y que son los que ahora mismo están autorizados. Por último, las especies invasoras están causando un daño irreparable en las colonias, a las que llegan a diezmar, es el caso del abejaruco y vespa velutina. «Llevamos tres años insistiendo a la Junta de Castilla y León, concretamente a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, que es quien tiene las competencias en esto, en la necesidad de invertir más recursos en la investigación y prevención de las especies invasoras, y así poder frenar su avance en Castilla y León», explica Morán.

En este sentido, el presidente de los apicultores leoneses, denunció el retraso de más de cuatro años de la aprobación de un protocolo de actuación contra la especies invasoras, sin el cual los apicultores de Castilla y León no pueden acceder a las ayudas puestas en marcha por el Ministerio de Agricultura y Ganadería en el Plan Nacional de Apicultura para llevar a cabo proyectos de investigación y defensa de las colmenas. «Todas las ayudas se las están levando otras comunidades como Extremadura porque aquí no han sido capaces de publicar un protocolo, que está prácticamente redactado, en el Boletín Oficial de Castilla y León que es lo único que tenía que hacer», lamenta Moran.

La Unión de Uniones de Ganaderos y Agricultores envió ayer una nota de prensa en la que lamentan la situación que traviesa el sector, por esta pérdida de producción, al tiempo que advirtió del otro problema al que se enfrenta, la miel de importación.

Posible fraude

«Entre la bajada de producción y una importación masiva de miel (en muchos casos fraudulenta) a un coste con el que el productor europeo no puede competir que crece año tras año, la situación del sector pinta cada vez peor», aseguran desde Unión de Uniones.

«Nuestras abejas, junto con el resto de polinizadores, ejercen una actividad inestimable por el medio ambiente, la biodiversidad y la producción de alimentos que desaparecerían si no se consume miel española por lo que pedimos a las administraciones un apoyo firme al sector apícola nacional», añaden desde la organización.

Desde hace varias campañas, Unión de Uniones viene insistiendo al Ministerio en la necesidad de actualizar las anticuadas técnicas de control de la miel actuales para detectar productos fraudulentos, un control real de la fauna que ataca a las colmenas y un plan de acción sobre los medicamentos contra la varroa.