La defensa: «El acusado no es un asesino, no quería matarla»

«Sigo manteniendo que los hechos no han ocurrido como defienden las acusaciones», aseveró la defensa del acusado en su turno de palabra al jurado popular. Durante su explicación, argumentó que «para que exista delito de asesinato se exige la intención de matar».

En ese sentido, afirmó que «el acusado no es un asesino, no quería matarla»; a la vez que hacia referencia a los diferentes testigos que han pasado durante el juicio, como los hijos, que le calificaron de «padre modélico», o a los vecinos de su comunidad que declararon que «la trataba como una reina».

Por ello, reiteró que el suceso se produjo a raíz de un «gran estado de ofuscación» del acusado cuando, a las dos y media de la madrugada del 24 de julio de 2018, vio que su mujer se enviaba mensajes cariñosos con su vecino, «al que consideraba su mejor amigo y confidente y al que también disparó claramente por accidente». No obstante, indicó que el disparo se produjo por una «imprudencia» del policía nacional jubilado que «debía saber que nunca se debe tener el dedo índice en el gatillo, pero no tenía intención de matarla». «El disparo se produjo de manera fortuita al empujarla cuando la mujer le intentó quitar el móvil», agregó; y por lo que mantuvo su solicitud de absolución para su representado.

Asimismo, a juicio del abogado del procesado «el suceso no tiene nada que ver con el género», precisó a colación de la agravante de género que añade el Ministerio Fiscal en su solicitud de condena; quien recordó que «no era posesivo e, incluso, intentó separarle pero lo convenció su mujer para volver». «El castigo ya lo lleva por dentro que está medicado para no suicidarse», concluyó sobre el acusado, quien rechazó su derecho de pronunciar la última palabra en el juicio.