La defensa alega que el disparo se produjo de una manera fortuita

La defensa del sospechoso alega que el disparo que acabó con la vida de la víctima se produjo de forma plenamente fortuita «y sin saber muy bien cómo». Rebaja el tipo penal de los hechos a sendos delitos de lesiones y argumenta la existencia de la atenuante de anomalía o alteración psiquiátrica que le impedía conocer el alcance de los hechos, además de la atenuante de confesión que se considera suficiente argumentación en ambos casos como para proponer la libre absolución.

En su relato, la defensa sostiene que el matrimonio atravesaba una mala relación que les había llevado a plantearse el divorcio puesto que la relación se había convertido en un «sometimiento del hombre por su mujer».

Se produjo en el sospechoso un estado de ofuscamiento al comprobar que su esposa, en otra habitación, estaba enviando y recibiendo mensajes telefónicos. Sospechó que el amante de la víctima iba a entrar en la sala y eso le produjo una importante ofuscación.

Como quiera que la mujer estaba desnuda, trató de arrebatarle el teléfono. «Ella no se amedrentó porque conocía a su marido y sabía que no iba a hacerla daño», dice el escrito de la defensa.

Alega también que el vecino permitió libremente al acusado entrar en su casa y que fue cuando el agresor se abalanzó sobre él y le propinó el disparo que le hirió.

Los médicos constataron la no existencia de patología psiquiátrica y la ausencia de merma de deterioro cognitivo. «No se observa impulsividad, todo lo contrario: se trata de una persona reflexiva que piensa las cosas cuidadosamente y planifica sus tareas». Por todo ello, se solicita su libre absolución con todos los pronunciamientos.