La empresa social RRL invertirá casi 1,4 M€ en proyectos para fijar población y servicios

En un ambiente plenamente festivo, y en el incomparable marco del Parque de San Juan de Santibáñez de la Isla, se presentó ayer un proyecto ilusionante y que tiene como objetivo mejorar la vida de todos y cada uno de los habitantes de esta localidad de la Vega del Tuerto.

«Cuando los sueños y el dinero se ponen a funcionar surgen proyectos como este». Así comenzó su intervención José Antonio Reñones, presidente de la Sociedad Renacimiento Rural Leonés (RRL), una empresa civil fundada a principios de este año que pretende seguir con el espíritu cooperativista de este pueblo, que tiene más de cien años de historia, primero con el Sindicato Agrícola Católico y después con la todavía en activo Cooperativa de San Blas, para revertir todos sus beneficios en sus gentes y escapar así de la implacable amenaza de la despoblación.

Con 80 socios, 304 participaciones y un capital social de 152.000 euros, RRL, que se bifurca en una sociedad limitada, con un marcado perfil emprendedor, y en una fundación con un carácter plenamente social y cultural, pretende invertir en los próximos meses un total de 1.380.000 euros, de la mano de empresas como Secot o Pryse, en distintos proyectos con los que «se pretende crear riqueza, empleos, fijar población y cuidar, mimar y proteger a nuestra población», concretó Reñones

Tras la compra de los dos primeros inmuebles al Obispado de Astorga, la casa del cura, de unos 300 metros cuadrados, y la antigua harinera de 200 metros construidos y 1.200 de terreno, el proyecto consta de dos fases. La primera, con una inversión prevista de 680.000 euros y que ya está en marcha, supone la remodelación de la casa del cura para convertirla en un restaurante, hotel rural, bar, tienda de agroalimentación y oficinas.

En el solar de la harinera se construirá una cocina, para más adelante ofrecer el servicio de comida a domicilio a los vecinos que lo demanden, lavandería y aulas de formación.

La segunda fase, con una inversión prevista de 700.000 euros, tratará de explotar todo el potencial agrícola de esta localidad con la adquisición de nuevas fincas para poner en marcha nuevos cultivos con lo que se tiene una previsión inicial de creación de empleo de 16 puestos de trabajo.

«Esta vega no puede sobrevivir de chopos y de maíz», explicó el coordinador de Agricultura del proyecto, y responsable de Prodeleco, César Pan, que explicó el ambicioso proyecto hortofrutícola que pretende poner en marcha en la zona para aprovechar «algo que el resto de las zonas agrícolas del país no tienen, el sabor que aporta la tierra de estas vegas a los productos», aseguró.

Juan Carlos Fernández, secretario de la sociedad, explicó que la fundación pretende tener un carácter participativo. «El talento siempre será bienvenido», lanzó a todos los asistentes, a los que explicó que la fundación también se apoyará en la cultura para brindar oportunidades a todos aquellos artistas que quieran exponer sus trabajos.

La formación, un pilar básico

La formación será un pilar fundamental del proyecto, según explicó el tesorero Alejandro Miguélez, que avanzó que se realizarán distintos cursos en las aulas formativas de la fundación, que llevarán el nombre del maestro del pueblo, don Recaredo López. Comenzarán con jardinería y reforestación y también habrá uno de hostelería «del que saldrán los trabajadores que más tarde estén al frente del hotel y del restaurante». También habrá cursos de nuevas tecnologías, para que «todos, jóvenes y no tan jóvenes sepamos afrontar los nuevos retos que nos ofrece internet».

Pilar Fernández, responsable de Servicios Sociales, explicó todas las iniciativas que se pondrán en marcha para que «el mayor número de personas mayores puedan estar en el pueblo todo el tiempo que quieran estando lo mejor atendidas posible». Por eso se pondrá en marcha un servicio de comida a domicilio, de lavandería y de acompañamiento, «tanto para acudir con las personas mayores al médico o donde haga falta como para combatir a la temida soledad».