Diario de León

La iglesia de La Vega de Almanza se encuentra en el más absoluto olvido

Fidel Alonso, el luchador solitario

Ni la junta vecinal, ni el ayuntamiento de Almanza ni el obispado quieren saber nada del templo cuyo campanario se cae y cuyo interior, donde aún se ofician misas, está lleno de grandes grietas y humedades

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Cistierna

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Fidel Alonso es el único vecino del pueblo de La Vega de Almanza que está luchando para que la iglesia del siglo XVII no se caiga ya que tienen muchos daños en su estructura. El año pasado la cigüeña tiró un pilón de la torre de la iglesia que Fidel llevó arreglar. Nadie se ha encargado de colocarlo en su lugar. El nuevo cura, que lleva ocho meses al frente de esta iglesia, no se ha presentado al presidente de la junta vecinal, por lo que este no se quiere hacer cargo de lo que está sucediendo con la iglesia. «Creo que lo que se tiene que hacer es presentar las cuentas al pueblo y ver con qué dinero se dispone para empezar arreglar la iglesia». A esto hay que unir que Alonso denuncia que ni el propio ayuntamiento quiere saber nada del tema. Además del obispado de León no se sabe nada ya que «lo único que sé es que el cura iba hablar con el obispado. Pero no se sabe nada». Asimismo, los vecinos no quieren saber nada de esta problemática.

Las misas se celebran cuando los vecinos se ponen de acuerdo con el párroco. A veces coincide con un domingo. «Se ponen de acuerdo ya que hay mucha gente mayor y otros están enfermos», señala Alonso, que lamenta que el día 22 no se hubiese celebrado misa coincidiendo con la fiesta de la patrona del pueblo.

La solución
Presentar las cuentas del pueblo para destinar una parte del dinero al arreglo del templo

La lucha que este Robinson Crusoe de la iglesia mantiene se basa principalmente en evitar una posible desgracia ante la amenaza de que se pueda caer parte de la iglesia por falta de mantenimiento. Desde hace unos meses no se pueden tocar las campanas ya que no se puede acceder al campanario. Las escaleras de este campanario está recubiertas con una estructura de adobe que está aledaña a un lateral de la iglesia. Actualmente, esta estructura se ha separado del templo unos 50 centímetros y amenaza con caerse. «Ante este riesgo ya nadie se atreve a subir a tocar las campanas», afirma. El problema es que como se caiga el campanario puede arrastrar parte de la iglesia de La Vega.

Las grietas en el techo son considerables y abundantes. CAMPOS

Además, en el interior, sobre el altar hay humedades y más de una veintena de grietas están dañando la cúpula del templo. Una gran grieta atraviesa uno de los arcos centrales de la iglesia. Otras zonas del techo de la iglesia están agrietadas y presentan un estado preocupante. A todo esto hay que unir las humedades y el agua que se adentra, cada vez que llueve, en la sacristía donde el suelo de madera está muy dañado. Las señales de la humedad es constante en todo el interior del templo.

La mayor preocupación de este luchador solitario es que algún día cuando la gente esté en misa se caiga el techo y se produzca una desgracia. «Entonces veremos a ver de quien va a ser la responsabilidad. Todo esto es el reflejo de la dejadez de los políticos. Tiemblo cada vez que el cura viene a decir misa ya que ¿en qué momento se puede desprender todo?», apunta Alonso; quien considera que este es el fiel reflejo de la despoblación y el abandono de los pueblos como consecuencia del desinterés de las administraciones y de los políticos locales que «considero que no debería mirar para otro lado ante esta problemática».

Fidel Alonso en la iglesia, donde aún se celebran misas tras un acuerdo entre vecinos y el párroco. CAMPOS

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