Diario de León

Los incendios arrasan este año en León 3.270 hectáreas, un 42% más que en 2018

De enero a marzo se registraron 193 fuegos, de un total de 394, en los que ardieron dos tercios de la superficie afectada

León

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El año de incendios ha sido especialmente irregular en la provincia de León. A principios de octubre, la Junta de Castilla y León dio por terminada la temporada de alto riesgo de incendios de la comunidad, en la que hasta el 31 de agosto se registraron un total de 1.467 incendios forestales que dejaron tras de sí 23.570 hectáreas, de las que 6.502 ha sido superficie arbolada. En este balance, la provincia de León sigue siendo la más afectada por el fuego en la comunidad, con 394 siniestros hasta el 1 de octubre, en los que ardieron 3.270 hectáreas, 627 de ellas, arboladas. A pesar de que fue en Ávila donde se registró uno de los peores incendios del verano, el que en junio quemó un total de 1.414 hectáreas en Gavilanes, León sigue arrojando los peores datos de la comunidad.

Llama la atención que de las 3.270 hectáreas quemadas en la provincia, más de dos tercios lo hicieron en el primer semestre del año. La extrema sequedad de los montes en pleno invierno, por la ausencia de precipitaciones hasta que comenzaron las lluvias en abril, obligó a la Junta de Castilla y León a declarar durante los primeros cuatro meses del año peligro medio de incendios forestales, algo inédito en esa época del año.  

Desde el pasado mes de enero hasta el 31 de marzo de este año el fuego calcinó un total de 2.119,6 hectáreas, en 193 incendios, de las 4.008,31 quemadas en toda la Comunidad en ese mismo periodo, según datos de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. Este balance no tiene nada que ver con el registrado en el mismo periodo de 2018 —el año con menos incendios de las tres últimas décadas—, en el que se contabilizaron 45 incendios que dejaron tan sólo 200,7 hectáreas quemadas, diez veces menos que el mismo trimestre de este año.  

Después de estos atípicos datos de incendios durante el invierno y la primavera, el verano llegó y con él se activó, como ocurre todos los años, el nivel alto de riesgo de incendios, que en realidad no lo fue tal, ya que julio, agosto y septiembre, se han caracterizado por una infrecuente normalidad en lo que a incendios forestales se refiere.  

Los incendios más graves  

De hecho, el incendio más grave del verano se registró el 23 de agosto en Villapadierna. En él ardieron 78 hectáreas, la mayoría de masa forestal. Nada que ver con las casi doce mil hectáreas que se quemaron en 2012 en Castrocontrigo y que tristemente está en la memoria de los leoneses como el peor siniestro forestal de la provincia de León.  

El pasado 19 de septiembre se registró el segundo peor incendio de este año en Murias de Paredes, donde ardieron 63 hectáreas. Las 27 calcinadas en Quintana de Oteros el 13 de agosto, y las 20 de Quintana de Rueda de julio completan la lista de los peores incendios del verano.  

Por lo que se refiere a este año, las 3.270 hectáreas calcinadas, representan un 42% más que la superficie perdida en todo el 2018, en el que se obtuvo el mejor balance desde el año 1984.  

Aunque la mano del hombre sigue estando detrás de la mayoría de los incendios, bien por negligencias a la hora de usar maquinaria agrícola y con quemas incontroladas, o por la acción de los pirómanos, varios incendios se originaron por las numerosas tormentas registradas durante el mes de julio. Es importante destacar que durante los días 4, 12 y 28 de julio y 8 de agosto no se registró ningún siniestro en la provincia.  

El año pasado se contabilizaron 204 incendios forestales, de los que 116 eran conatos, es decir, menores de una hectárea, lo que sumó el histórico dato de 1.388 hectáreas calcinadas en toda la provincia. Un año antes, en el 2017, el fuego arrasaba en la provincia 21.720 hectáreas, de las que más de diez mil ardieron en el devastador incendio de La Cabrera, que se consideró ese año como el más grave de todo el país.

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