Diario de León

La juez absuelve a Mario Rivas del delito leve de hurto de pastos

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La jueza de Villablino ha absuelto a Mario Rivas del delito leve de hurto de pastos después de que el demandante, Antonio Arias Tronco, no compareciera en el juicio oral celebrado contra los hermanos Rivas, Mario y Rubén. En fecha 10 de septiembre de 2020, Antonio Arias Tronco interpuso denuncia frente a ambos por un supuesto hurto de pastos ocurrido en las parcelas 512 y 519 del Polígono La Vela de Villablino.

Mario Rivas asegura que las fincas a las que se refiere la denuncia «no son de Antonio Arias Tronco» y le acusa de denuncia falsa «con el único objetivo de causarle un perjuicio personal y político» dada su condición de alcalde de Villablino. Por ello, asegura que ejercitará acciones contra Arias Tronco por lo que considera un «delito de acusación y delito falsa».

Por su parte, Antonio Arias Tronco ha destacado que seguirá denunciando a Mario Rivas López cada vez que sus vacas entren a pastar en las citadas fincas, que él defiende son de su propiedad y que en la actualidad son objeto de litigio en el Catastro entre él mismo y Rubén Rivas.

Estas dos fincas, a la que hay que unir la 296, fue legada por los padres de Antonio Arias Tronco a sus hijos y éste se la compró a sus hermanos con el resto de la herencia, por lo que es su poseedor legítimo. Sin embargo, el Catastro no cambió el nombre del propietario y da la casualidad de que el padre de Antonio Arias y su hermano tienen el mismo nombre, Nicolás Arias.

En la actualidad, el litigio en marcha prohíbe que sea utilizada por ninguno de las partes en conflicto. «Una vez que se demuestre que el propietario legítimo soy yo, les denunciaré por apropiación indebida de fincas», subraya Arias Tronco, que advierte al alcalde que la única persona que ha denunciado de manera falsa fue una familiar suya. Se refiere a que la Audiencoa desestimó una denuncia por acoso presentada por la mujer del alcalde en su contra y que se interpuso días después de la paliza que éste sufrió, presuntamente, a manos de Rubén Rivas. La juez, en primera instancia, desestimó la denuncia de Ana Belén González, y consideró que sus declaraciones, así como las del testigo, el propio Rubén Rivas, habían de situarse «en el contexto de una situación conflictiva entre el denunciado y el cuñado, circunstancia que puede ser susceptible de erigirse en un «móvil espurio».

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