Julio Álvarez Rubio publica su nuevo libro, titulado «Laciana, un otoño»

«Laciana, un Otoño» está compuesto por diez relatos en los que se entremezcla la realidad con la ficción, y 6 propuestas a los lectores interesados en emprender caminatas por la comarca lacianiega. La primera parte incluye una serie de relatos en los que se aprovechan diferentes momentos de la historia del valle lacianiego a lo largo del siglo pasado, para destacar las peculiaridades de un municipio en el que han vivido todo tipo de personajes variopintos, y del que han salido desde ministros hasta académicos, cineastas galardonados con el Oscar de Hollywood, empresarios destacados, o pintores de talla universal. Las narraciones están pobladas de innumerables personajes, reales algunos, productos de la fantasía otros, y en muchos casos se trata de una hábil mezcla de ambos, que sirven de pretexto para revivir leyendas de la zona, o crear situaciones esperpénticas que cabalgan entre la comedia y el drama, con los diferentes pueblos de la comarca como escenario. El primero de los relatos está ambientado en 1944, se basa en hechos reales y pretende reflejar el ambiente de derrota generalizada que vivía el país. Entre los hechos mas divertidos del libro destaca la ceremonia de inseminación artificial de una vaca que se cuenta en el relato «Los Dones de la Veiga del Palo», y también merece la pena resaltar «El Otoño del Maná», donde la ironía y el sentido del humor se entremezclan para retratar a la clase política mas reciente, sin rehusar el comprometido tono crítico, pero haciendo también una llamada de atención a todos los lacianiegos, recordando que de nada sirven las lamentaciones, y que hay que arrimar el hombro en lugar de encerrarse en la postura fácil y vaga, de criticar sin aportar nada a favor de la sociedad. En la segunda parte se ofrece al lector la posibilidad de convertirse en excursionista, proponiendo seis recorridos por los montes de la comarca de Laciana, aunque advirtiendo que no se trata de rutas de senderismo para seguir como si de un mapa se tratara. Mas bien al contrario, el autor anima al viajero a perderse por los infinitos rincones maravillosos que esconden las montañas lacianiegas, y disfrutar de un valle que está a punto de ser catalogado por la Unesco Reserva mundial de la Biosfera. Tampoco hay que dejar de lado el apartado fotográfico del libro, con más de un centenar de imágenes en las que se combina la riqueza cromática de la vegetación durante el otoño, con el blanco y negro en el que se han inmortalizado numerosas escenas de la historia lacianiega durante buena parte de la pasada centuria. Pero más allá de estas posibilidades, Julio Alvarez vuelve a demostrar sus dotes como retratista de la sociedad de la comarca de Laciana, y como un perfecto conocedor de una tierra con la que siempre ha estado comprometido. Su último libro es, sobre todo, un respiro, un soplo de aire fresco entre tanta vulgaridad, una voz de optimismo para acallar las voces que con su pesimismo se empeñan en querer hipotecar el futuro de la comarca.