La boda de las mil y una noches

Contraer matrimonio es una de las experiencias que no sólo difícil de olvidar, sino que, además, marca a los contrayentes de por vida —con independencia del éxito o fracaso de la convivencia—. Pero si al novio le llevan al altar en camello y a la novia en calesa el enlace quedará grabado en la memoria no sólo de los protagonistas sino de todos los invitados y de los vecinos del pueblo que les hayan visto pasar. Es el caso de Rebeca González, de Santa María del Páramo, y de Diego Barragán, de Laguna Dalga, que se casaron ayer a mediodía en el pueblo de ella. A juzgar por su cabalgadura, Barragán podría ser el Aladino de la princesa Rebeca o cualquier otro héroe de la literatura, habida cuenta de que el animal es de la misma empresa que trabaja para las Justas Medievales del Passo Honroso. La calesa, tipo andaluz, de la firma leonesa Mirantes.