«La iglesia en España sólo está aguantando el chaparrón»

Gemma Varona constata que la postura de la Iglesia en España es diferente de la que han tomado algunas Conferencias Episcopales de otros países. «Mi sensación es que parece que debe aguantarse el chaparrón y esperar a que escampe». Comprende los miedos institucionales, pero advierte de que el problema es «de tal envergadura», por vidas únicas y fe afectadas, que no se arregla cerrando los ojos, independientemente de contar con evidencia pública sobre el número de casos. «Lo que han de pensar es que si este problema lo conducen de manera honesta, lo pueden transformar en un momento de oportunidad», advierte. Varona sostiene que la Iglesia podría convertirse en pionera, «podrían atreverse a contribuir en respuestas restaurativas para víctimas, agresores y comunidades, pensando en el futuro». Sin embargo, muestra su pesimismo actual ante la falta de colaboración para investigar con las universidades. «En Estados Unidos y en Alemania abrieron a los investigadores los archivos, respetando la presunción de inocencia», explica. Asimismo, defiende la puesta en marcha de centros de reparación a las víctimas sufragados por la propia Iglesia, como ocurrió en Irlanda con el programa Towards Healing (Hacia la sanación). 

Gemma Varona recuerda también que, si la Iglesia no actúa ante un problema tan grave respecto de los abusos históricos y que puedan continuar, podrían actuar la Fiscalía, como en el caso de Chile (independientemente de la posible prescripción de los delitos) o comisiones de investigación gubernamentales o parlamentarias, como en el caso de Bélgica.