Diario de León

LA ENTREVISTA

«Las cuencas tienen que preservar el carbón, pero también poner en valor otros recursos»

ALIDER PRESA / Ppresidente de la Asociación de Comarcas Mineras (ACOM)

Alider Presa confía en que se negocie una solución que permita seguir a las empresas mineras rentables a partir de 2019. RAMIRO

Alider Presa confía en que se negocie una solución que permita seguir a las empresas mineras rentables a partir de 2019. RAMIRO

León

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Alider Presa, alcalde socialista de Igüeña, fue la sorpresa de la dura negociación para renovar la presidencia de la Asociación de Comarcas Mineras (Acom), el pasado día 9. Un pulso político que en opinión del nuevo presidente no empaña los objetivos de la organización, «cuya principal fuerza es la unión de todas las comarcas mineras del país, independiente del signo político. Y eso nos permite ser fuertes. Así ha sido durante años y así pretendo que siga siendo». Sobre todo en un año fundamental como este 2018, en el que concluye el Marco de Actuación de la Minería 2013-2018 y el período fijado por la UE para el Plan de Cierre de la minería no competitiva.

— La elección del presidente de Acom, como en los últimos años, ha sido polémica. ¿Se siente respaldado para su gestión?

— Sí. Al final el apoyo es prácticamente por unanimidad. Me siento muy respaldado no sólo por mi partido, sino por todos los grupos que forman la asociación. Trabajamos para conseguir una ejecutiva con un amplio consenso, con personas muy cualificadas, que conocen bien el sector.

— ¿Cuáles son sus proyectos, están limitados por la cercanía de las elecciones municipales?

— Acom es una asociación que busca la mejora de los territorios mineros, hay que dejar la política en la puerta porque todos tenemos el mismo objetivo. Mi intención es continuar con la línea de mi antecesor, Adrián Barbón. Iniciaremos una ronda de solicitud de reuniones desde el ministro y el Instituto del Carbón a otras instituciones, como las autonomías, o los sindicatos, nosotros también respaldamos que no se pierda ni un empleo más.

— ¿Qué objetivos persigue?

— La exigencia de los planes del carbón firmados, que se resumen en el incumplimiento generalizado de los acuerdos. Lo mismo ocurre con el Plan de Dinamización de Castilla y León, que no acabamos de ver. Si se exceptúa el proyecto de Leitariegos, donde la Diputación tiene una parte muy importante, no conozco ningún proyecto específico en ayuntamientos con definición y dotación presupuestaria. También estamos muy pendientes del futuro de las térmicas, si se cierran las centrales no tiene sentido la producción de carbón. Sabemos que el futuro energético es más renovable, eso nadie lo discute, pero tiene que haber un período de transición.

— ¿Debería Acom estar presente en la Mesa del Carbón que gestiona un nuevo plan?

— En la parte social no debemos interferir, es un tema laboral que han de gestionar los sindicatos; pero en la generación de proyectos para las cuencas podíamos estar perfectamente.

— Tras años de reconversión, y a pesar del volumen de fondos destinados no han servido para generar alternativas. Ahí los ayuntamientos tienen también parte de responsabilidad.

— Tendremos parte de culpa, no puede negarse, pero hay que ponerse en contexto. Los fondos del carbón tienen un porcentaje de ejecución del 30%, hay que hablar de lo que no se ha cumplido. No hay que olvidar tampoco que estos fondos tenían carácter adicional, aunque durante muchos años se utilizaron para financiar infraestructuras, carreteras,... Otro problema es el de la despoblación, pero no es particular de los ayuntamientos mineros, en el mundo rural es un problema generalizado. Así que no será sólo culpa de no haber acertado con esos proyectos.

— ¿Los ayuntamientos mineros se sienten engañados por los incumplimientos de los planes del carbón, especialmente los dos últimos?

— Engañados y sobre todo con la duda de saber qué habría pasado si se hubiesen llevado a cabo. Pero no sólo la parte pública es responsable, la iniciativa privada brilla por su ausencia en las comarcas mineras. Se ha perdido mucha inversión porque las ayudas existían, pero no se presentaban proyectos. Ya no hay tiempo que perder, a ver si somos capaces de generar ese empleo.

— La realidad es que la minería está prácticamente desmantelada, ¿cuál es la situación actual de las cuencas y cuáles sus expectativas?

— La minería como la conocíamos prácticamente no existe, apenas hay explotaciones de interior. Hay que intentar que la cantidad de carbón que requiera el mix sea de mineral autóctono, pero es el momento de plantearse muy en serio la etapa postcarbón. La provincia tiene potenciales enormes, hay que poner en valor el medio forestal, la agricultura y la ganadería, porque por ellos pasa parte del futuro. El turismo es una parte importante también, pero complementaria.

— Parece que el futuro del carbón depende de la suma de esfuerzos de varios países europeos y su pulso en Bruselas. La presidenta de Euracom es leonesa. Estas iniciativas ¿quedan lejos, llegan tarde o son la esperanza de las cuencas?

— Es una esperanza. Existe esta penúltima posibilidad, este plan europeo donde participan las regiones productoras, y en el que la Junta de Castilla y León ya se ha posicionado. Existen fondos que pueden permitir generar empleo en las regiones mineras.

— El ministro de Energía sigue defendiendo una norma para evitar el cierre de las térmicas, pero el PSOE no lo apoya.

— Son esos temas en los que las comarcas mineras tenemos un sentir que no coincide con el de nuestros dirigentes en Madrid. Aún es pronto, vamos a ver cómo van esas negociaciones, pero como presidente de Acom tengo que velar por lo que es mejor para los municipios mineros.

— El Plan de Cierre de la minería no rentable concluye este año, y está pendiente la devolución de las ayudas.

— Es algo muy importante, y hay que puntualizar que aunque Europa presione, quien tiene que pedir la devolución de las ayudas es el Gobierno de España. En ningún sitio se dice que estas ayudas se tengan que devolver ni de una vez ni en dinero. Euracom busca desde hace tiempo soluciones, puede haber un aplazamiento, una negociación; incluso, por qué no, que no sea en dinero, sino en inversión de las ‘empresas deudoras’ en los territorios para generar empleo

— ¿Considera que el proceso de reestructuración del sector a lo largo ya de décadas ha sido injusto con la minería?

— Si nos atenemos a los resultados, no sé si injusto es la palabra, pero está claro que no ha dado el resultado que se esperaba.

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