martes. 28.03.2023

Lillo recupera las tradiciones

Antiguamente los vecinos entregaban parte de la matanza para la subasta, mientras que ahora se puja por objetos, ropa, utensilios o embutidos
                      La agente ocupa sus sitios en la iglesia del pueblo. CAMPOS
La agente ocupa sus sitios en la iglesia del pueblo. CAMPOS

Los vecinos de Puebla de Lillo recuperaron ayer la tradicional subasta de san Antón que se celebraró en el interior de la iglesia del pueblo. Con más de sesenta años de antigüedad, tradicionalmente cuando las casas hacían la matanza del gocho donaban algo de la matanza para la subasta que se celebra en la iglesia de Puebla de Lillo una vez finalizada la misa en honor al santo. Ahora como haya no hay matanza en las casas “la gente da lo que buenamente puede para la subasta. Esta tradición la recuperamos este año”, según Carlos López presidente de la asociación cultural comisión de fiestas de Puebla de Lillo que recuerda que el dinero que se obtiene de la subasta es para pagar las fiestas que se hacen de los patrones y las fiestas de verano así como para actividades culturales.

Al final de recaudaron 37o euros. En la subasta los artículos salían a un precio muy bajo. Entre los artículos que se han vendido están muebles, ropa de esquiar y equipaciones enteras de esquí, embutidos o vajilla. López destacó la participación de la gente en esta subasta y el interés por recuperar esta tradición. «La gente está muy ilusionada con la recuperación de esta tradición. Desde hace unos días la gente ya había donado muebles, ropa y alimentos. Además una excursión desde León ya había confirmado su presencia para conocer esta tradición”.

Esta subasta se encuadra dentro de las festividad de Los patrones» de Puebla de Lillo así los actos continuaron por la tarde con una concentración de peñas y una ronda de bares. A partir de las 23.00 horas macro discoteca, bingo y sopas de ajo. Hoy domingo 29 habrá una diana a las 12.00 horas para continuar con la misa y para finalizar un baile vermut.

El presidente de la comisión de fiestas aprovechó para animar a la gente a venir a Puebla de Lillo donde el año pasado se recuperó la tradición de la vaquilla de carnaval. «Consiste en una estructura de madera que cuenta con un rabo muy largo el cual se moja y se va dando latigazos a todo el que se encuentra a su paso. Se va mojando cada vez que la cola se queda sin agua. Antiguamente como las calles eran de tierra y estaban embarradas salpicaba a la gente. Van acompañados de dos guirrios que son los que sujetan a la gente para darles los latigazos», cuenta el presidente de la comisión de fiestas.

Lillo recupera las tradiciones
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