Los municipios intermedios también arremeten contra la gestión del banco
Las intenciones de Unicaja Banco no sólo preocupan a los pequeños núcleos de población. Los municipios intermedios de la provincia también se sienten abandonados por la entidad bancaria. Así lo expresa el alcalde de Astorga, Juan José Alonso Perandones, quien asevera que Unicaja solo tiene su oficina abierta en la ciudad maragata los lunes y los viernes, «lo que me parece muy pobre para la entidad que es». «Es una gran incomodidad porque tiene que prestar un servicio de más horas y con esta reducción se montan colas muy grandes en la plaza para una de las entidades que más clientes tiene», apunta. Una importante red clientelar que cree que no provocaría el cierre de dicho banco, aún así sostiene que «tienen que tener en cuenta que muchos de sus clientes son personas mayores de Astorga y comarca que no se les puede exigir que manejen las nuevas tecnologías y se les debe atender en la oficina personalmente».
En La Bañeza, el alcalde, Javier Carrera, se muestra «totalmente contrario» a un posible cierre de Unicaja o de cualquier otra sucursal. «Todo lo que sea perjudicar al ciudadano no me parece bien. Todos estamos luchando contra esta situación y poniendo los medios oportunos dentro de nuestras posibilidades», asegura; a la par que señala que «si el sector bancario es un servicio esencial declarado por el Gobierno tendrá que intentar ver como lo ofrece a sus clientes todos los días, independientemente de las medidas de precaución que adopte el banco para evitar la propagación del virus». «Vivimos en una zona rural y la edad media es muy alta, por lo que es primordial dar facilidades a la gente en esta situación», matiza.
Laciana tampoco es ajena a las críticas a Unicaja Banco. El regidor, Mario Rivas, afirma que «la atención a la ciudadanía se tiene que seguir dando y facilitarles las gestiones», y en estos momentos, «si cabe un poco más», teniendo en cuenta que no todas las personas pueden asumir realizar las gestiones de forma telemática. «No puede dejar a la ciudadanía sin servicios», aseveró.
Desde la Montaña Oriental, el alcalde de Cistierna y vicepresidente de la Diputación de León, Nicanor Sen considera «incomprensible» que una entidad financiera como es Unicaja, antigua Caja España, desde las direcciones regionales, se haya ordenado cerrar durante varios días a la semana en cualquiera de las localidades del medio rural. Recuerda que hay muchas personas de avanzada edad que desconocen el uso de las nuevas tecnologías así como el uso de los cajeros automáticos para poder conseguir un dinero. «Aunque se ha reducido de una forma importante la salida de las personas de avanzada edad. Estas tienen que contar con una entidad financiera que les atiendan en los momentos en que necesiten disponer de efectivo», afirma Sen, quien recuerda que los mayores por circunstancias de educación o tradición no suelen tener grandes cantidades de efectivo en sus domicilios por lo que la apertura de las oficinas bancarias es muy necesaria.
El Sur de León también se posiciona contra la gestión de Unicaja. En este sentido el alcalde Valencia de Don Juan, Juan Pablo Regadera, aseguró que «evidentemente, la supresión de entidades bancarias en los pequeños pueblos del medio rural es una gota más en el vaso de atención de servicios que se dejan de prestar. Esta suma de servicios que se van suprimiendo es lo que nos aboca a la despoblación».
Por su parte la alcaldesa de Santa María del Páramo, Alicia Gallego, afirmó estar «en contra de cualquier tipo de cierre de cualquier oficina ya que es prescindir de unos servicios y una atención a nuestros vecinos. Sobre todo cuando en el medio rural mucha gente mayor necesita esa atención personal en oficina. Por lo tanto, no comparto que solo el criterio de rentabilidad sea el que se tenga en cuenta el criterio de rentabilidad a la hora de mantener sus servicios por parte de ciertas empresas u oficinas».