Diario de León

Las nuevas estrategias del oso obligan a revisar un plan de protección de hace 30 años

El Ministerio para la Transición Ecológica recomienda a las comunidades adaptarse a la evolución de la especie

León

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La Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, celebrada esta semana en la sede del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), aprobó una nueva estrategia para la conservación del oso pardo en la Cordillera Cantábrica, que supone la actualización de la existente, aprobada en 1999, con vistas a continuar fomentando la conservación de esta especie que, a pesar de su notable recuperación, sigue considerada en peligro de extinción en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Este documento constituye el marco orientativo de los planes de recuperación de las comunidades autónomas (Galicia, Principado de Asturias, Cantabria y Castilla y León) y de las actuaciones que las administraciones competentes realicen para la conservación de la especie. Esto significa que estas comunidades deberán actualizar sus actuales planes de conservación para adaptarlos a los nuevos retos que presenta la especie.

En la caso de Castilla y León, este plan data del año 1990 y hasta la fecha no se ha realizado ni una sola actualización de su contenido, a pesar de que la Ley de Patrimonio Natural y la Biodiversidad estipula que se deben hacer revisiones periódicas de sus objetivos principales y secundarios durante el tiempo de vigencia.  

«Es evidente que en estos treinta años la situación del oso en la Cordillera Cantábrica ha cambiado muchísimo, gracias en gran parte a estos planes, pero lo cierto es que los nuevos retos que se nos plantean ahora mismo requieren una profunda revisión», asegura Guillerno Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP).  

Desde la aprobación de la primera estrategia en 1999, se ha constatado una recuperación notable de las poblaciones oseras de la Cordillera Cantábrica. Su población se estimaba en 2017 en 270-310 osos. De ellos 230-270 osos se hallan en la subpoblación occidental y 40 osos en la oriental.  

«Desde la FOP damos la bienvenida a esta nueva estrategia nacional, ya que viene siendo muy demanda, y exigimos a las comunidades autónomas que revisen ya sus planes», matizó Palomero.  

El resto de las comunidades de la Cordillera tampoco han hecho los deberes. Sólo el Principado de Asturias realizó una actualización de su plan en 2002, once años después de si aprobación en 1991. El más antiguo es el de Cantabria, aprobado en 1989, seguido del de Castilla y León (1990), mientras que el último en entrar en vigor fue el de Galicia en 1992.

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