Diario de León

El obispo de Astorga reconoce un caso de abuso sexual a menores y aparta a un cura

Menéndez reitera el perdón y admite que los hechos ocurridos en el Seminario de La Bañeza «son deplorables».

José Manuel Ramos Gordón, el cura apartado por cometer los abusos hace 28 años. LA OPINIÓN DE ZAMORA

José Manuel Ramos Gordón, el cura apartado por cometer los abusos hace 28 años. LA OPINIÓN DE ZAMORA

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a.g. valencia/ a. domingo | la bañeza/león

El obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, ha suspendido al sacerdote José Manuel Ramos Gordón como párroco de Tábara y otros pueblos zamoranos, tras reconocer que cometió varios casos de abusos sexuales a menores cuando el cura era profesor en el Seminario Menor de La Bañeza. Los hechos se produjeron durante el curso 1988/1989, según la información publicada por La Opinión de Zamora, que destapó el caso en su edición de ayer.

Tras saltar la noticia, el Obispado reconoció que una vez que tuvo conocimiento de los hechos siguió los protocolos establecidos, levantándose la prescripción canónica por lo sucedido hace 28 años, para poder realizar un proceso administrativo penal en la diócesis constatar la veracidad de los hechos, conocidos a raíz de dos cartas remitidas por una de las víctimas al papa Francisco. El prelado explicó ayer que como conclusión del proceso se impuso al sacerdote «la pena pertinente», que éste «aceptó con espíritu de humildad y arrepentimiento». Por eso, una vez conocida la resolución adoptada, Ramos Gordón pidió la jubilación de todos sus cargos, petición que el obispo aceptó en agosto. «Desde entonces no tiene ninguna responsabilidad eclesial», confirmaron fuentes del Obispado.

El cura había ocupado durante 26 años el puesto de párroco en Tábara y otros pueblos cercanos, cargo que compatibilizaba con el de delegado de Patrimonio de la Diócesis. Ahora, con la reorganización de la curia, Menéndez ha nombrado una comisión para velar por el legado cultural de la diócesis.

El Obispado lamentó «profundamente estos hechos tan deplorables, moralmente inaceptables y reprobables, que han repercutido de manera negativa en la imagen de la Iglesia». Además, reiteró la petición de perdón por el daño causado a la víctima, a la que expresó una vez más su apoyo y cercanía. Manifestó también su «dolor por el daño causado a la sociedad y el compromiso firme con la justicia y con la salvaguarda de la infancia y la juventud».

El obispo de Astorga heredó este caso del que ya le había informado su antecesor, Camilo Lorenzo, así como otros sacerdotes de la curia diocesana que habían intervenido en el desarrollo del procedimiento. Así, Menéndez firmó el 6 de mayo de 2016, un decreto en el que se acordaba la «privación del oficio de párroco durante un periodo no inferior a un año, en el que tendrá un seguimiento tutelado por un sacerdote, realizará ejercicios espirituales de mes y desarrollará labores asistenciales a favor de los sacerdotes ancianos e impedidos, así como otras tareas caritativas», según publicaba el periódico zamorano.

Carta de perdón

En concreto, tras constatar los hechos, el obispo remitió una carta a la víctima donde le pedía perdón por el caso de los abusos que tuvieron lugar hace 28 años, cuando el denunciante tenía catorce años y estudiaba interno en ese seminario de La Bañeza. En la misiva, Menéndez exponía que «sé muy bien que nada en este mundo podrá reparar suficientemente el daño causado».

El denunciante F.L., escribió dos cartas al Papa Francisco en las que relató lo ocurrido después de que en noviembre de 2014 se conociera públicamente otro caso en Granada. De hecho, la víctima ha asegurado que al igual que él hubo otros menores que sufrieron los abusos y que dos de ellos llegaron incluso a denunciarlos cuando se produjeron al rector del seminario sin que se tomaran medidas.

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