Diario de León

Caboalles de Arriba

Las obras del Voladero se centran en las condiciones óptimas para el urogallo

El equipamiento del edificio polivalente espera por su licitación

Estado actual en el que se encuentran las obras del Voladero de Caboalles de Arriba. VANESSA ARAUJO

Estado actual en el que se encuentran las obras del Voladero de Caboalles de Arriba. VANESSA ARAUJO

Villablino

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Las obras del Voladero de Urogallo Cantábrico (VUC) en la pedanía lacianiega de Caboalles de Arriba se centraron esta semana en concluir con el cerramiento perimetral de dicho inmueble, así como de la zona del observatorio reservada para los visitantes, según explicaron fuentes de la Fundación Patrimonio Natural.

Tras este paso, se acometerá la colocación de la estructura de perfiles de acero que soportará la cubierta formada por lucernarios curvos, cuyo diseño «recuerda la cola característica del Tetrao Urogallus», matizan. Y una vez colocada la cubierta, se procederá a realizar los acabados de la edificación y el acondicionamiento del interior del recinto con la finalidad de conseguir unas condiciones naturales óptimas para las aves galliformes, cuya llegada al Voladero aún no tiene fecha definitiva.

Sin fecha

La llegada de las aves galliformes a estas instalaciones todavía no tiene fecha definitiva

Estas obras se engloban dentro de un proyecto para completar la oferta que se presenta en el centro del Urogallo y que consisten en este Voladero y un edificio polivalente, que se destinará a espacio de coworking o de trabajo colaborativo, con un presupuesto de más de 600.000 euros.

El VUC es una edificación muy especial, que acogerá dos parejas de urogallos para que puedan ser observadas por los visitantes en un espacio que recreará su hábitat natural, cuya finalidad es «mejorar el programa educativo que desarrolla actualmente el Centro del Urogallo».

Apuesta de futuro

El edificio polivalente se destinará a un espacio de coworking para un total de cuatro empresas

En concreto, permitirá contemplar de cerca los urogallos; ampliará la formación de los visitantes sobre la conservación de los urogallos y de la biodiversidad; y ofrecerá su colaboración a entidades públicas y privadas para realizar actividades concretas de educación y sensibilización en materia de conservación de la fauna silvestre. Y todo ello, con un diseño que no supone afección negativa sobre la población silvestre del urogallo cantábrico y es compatible con los planes de recuperación de la especie.

Este inmueble completará las instalaciones del Centro del Urogallo, como centro temático donde se recrean elementos, ambientes y valores representativos del Espacio Natural del Alto Sil, contando con un montante total de 174.000 euros y que se proyecta dentro del recinto del Centro del Urogallo debido a su orografía.

Una vez concluida la obra del VUC se procederá a realizar el acceso definitivo al EPCA desde la calle Salvador Allende, ya que el acceso que ahora se ha ejecutado tiene carácter provisional.

Por otra parte, el edificio polivalente se convertirá en espacio de coworking, cuyas obras finalizaron la pasada primavera por valor de 430.000 euros y en donde el ayuntamiento de Villablino, quien recibió la obra por parte de la Fundación Patrimonio Natural, ya se encuentra redactando los pliegos de licitación para el equipamiento del interior de dicho inmueble.

Las intenciones del consistorio lacianiego es convertirlo en un espacio de trabajo para acoger a cuatro empresas distintas o autónomos, con el objetivo de trabajar compartiendo espacio, recursos o conocimiento, dependiendo de las distintas necesidades. Según las estimaciones municipales, el equipamiento del centro tiene un presupuesto que ronda los 18.000 euros y las obras necesarias para urbanizar el acceso al mismo conllevará un total de 15.000 euros, que serán ejecutadas por parte del consistorio municipal.

A este inmueble se trasladará a la actual sede de la Junta Vecinal de Caboalles de Arriba, así como distribuirán el resto del espacio en diversas salas, mediante un sistema de tabiques móviles, y tienen previsto que pueda acoger distintos programas formativos.

En su momento, el arquitecto, Alberto Martínez, explicaba que este edificio partió de una cimentación existente, calificándola como «sinuosa, adaptada al entorno», logrando que parezca que «el edificio ha estado ahí siempre». También recordó que entre sus materiales se ha usado madera tecnológica y materiales reciclables. Por parte del jefe de obra, Vidal García, de la empresa Inmeva, quien ejecutó este inmueble, afirmó que había sido «todo un reto» ya que «se presentaban unas características muy singulares en un sitio muy especial», destacando que el objetivo que perseguían era la construcción consiguen de un edificio, con un gran dinamismo para la comarca y que quedara difuminado en el entorno.

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