Omaña busca repetir el milagro de Pandorado con su romería
Omaña celebró ayer en Riello su fiesta más emblemática, la Romería de Pandorado, que este año cobra más importancia que nunca por la situación de sequía que atraviesan los pueblos. Y es que cuenta la leyenda que en un año de acuciante sequía, los pueblos del concejo omañés de La Lomba pidieron lluvia a la virgen con la promesa a cambio de acudir todos los años a su santuario si el agua les era concedida. Al poco tiempo se produjo el milagro y los campos de trigo fueron bendecidos con la lluvia, por lo que se tornaron dorados, motivo por el cual la virgen pasó a denominarse de Pandorado.
Hoy en día, los vecinos de la zona cumplen fieles cada 15 de agosto con la tradición de venerar a la santa toda una exaltación de la identidad y las costumbres omañesas.