Piden solución al peligroso cruce de entrada al pueblo

Al circular por la carretera LE-451 de Astorga a Pandorado, cuando se alcanza el kilómetro 2,5 se encuentra el cruce de acceso a la localidad de Villarmeriel, perteneciente al municipio de Quintana del Castillo.

Esta intersección es considerada altamente peligrosa por todos los vecinos de la localidad, que deben alejarse hasta un camino de tierra alejado a 2 kilómetros del pueblo para poder acceder a sus casas de forma segura.

El principal problema de este cruce es la gran cantidad de arboleda y la nula ayuda a través de espejos o señalización. Este problema es recurrente en pueblos en los que los árboles se encuentran al borde de la carretera y poco a poco van comiendo terreno.

«Es un verdadero peligro, con la gran afluencia de motoristas, ciclistas y camiones que circulan a diario por esta carretera, el acceso al pueblo se ve gravemente afectado», comentó el presidente de la junta vecinal de Villarmeriel, José Luis Melcón. «El principal peligro es la nula visibilidad debido a la gran cantidad de maleza, arbustos y árboles que no permiten ver vehículo alguno que venga de arriba, lo que puede provocar graves accidentes como en ocasiones anteriores» añadió.

Desde la junta vecinal de Villarmeriel enviaron un escrito a la Diputación de León el 20 de septiembre de 2019 alertando de la situación. Estos les respondieron alegando que es tema de la Junta de Castilla y León y a su vez de la Confederación. Posteriormente, el 25 de septiembre de 2019 decidieron comunicar esta vez a la Junta la situación que se da en dicho cruce, a lo que tras alrededor de diez meses no han obtenido respuesta alguna. Ante esta situación, la junta vecinal reitera la «necesidad» de acondicionar el acceso al pueblo para que en un futuro no haya que lamentar ninguna pérdida.

«Lo ideal sería realizar algún tipo de medida duradera, porque lo que se ha hecho las últimas veces simplemente ha sido cortar los arbustos, pero esa solución es temporal, y a los dos años aproximadamente vuelven a crecer, por lo que no es eficiente. Lo que deberían hacer sería una rotonda, un desmonte, o algo que perdurara en el tiempo y tranquilice a las familias, que no tengan miedo de entrar a su propio pueblo», comentó Melcón.

Mientras esperan una respuesta de la Junta, no tienen más remedio que arriesgarse a cruzar por la peligrosa intersección y esperar que no pase nada. «Esperemos que no sea demasiado tarde, o que como en otras desgraciadas ocasiones, haya que lamentar la muerte de alguna persona para que reaccionen y vean que el problema es real y no un capricho de los vecinos», concluyó el alcalde pedáneo.

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