La población ha desaparecido del 80% del territorio en tres décadas
El Estado declaró al urogallo cantábrico en peligro de extinción en 2011, aunque previamente ya se consideraba como especie amenazada en los catálogo regionales de Asturias y de Cantabria. Sin embargo, pese a los esfuerzos para su recuperación, su situación ha empeorado hasta el punto de que se conside crítica desde el pasado octubre. El análisis para llegar a esta conclusión se basa en los estudios realizados en las últimas décadas en torno a la evolución de la especie, que estiman que en los últimos 33 años —entre 1982 y 2014— el área de ocupación de la subespecie en la cordillera Cantábrica se ha reducido en un 80,1%, pasando de los 2.070 km2 a los 412 km2) con una ocupación en la parte oriental únicamente testimonial.
El documento redactado por el Ministerio de Transición Ecológica alude a las consultas realizadas a técnicos en conservación de las administraciones públicas, de organizaciones y entidades públicas o privadas así como a expertos en biología de la subespecie, que coinciden en la oportunidad de considerar al urogallo cantábrico en situación crítica.
El informe fechado en marzo de 2017, antes de la presentación del censo oficial cerrado en enero del año pasado, recogía que los datos disponibles sobre población no permiten adecuadamente el cumplimiento del criterio de declive poblacional que exige la declaración de situación crítica, que supone que la pérdida de población tiene que esr del 90% en los últimos diez años o tres generaciones.
Entre los proyectos más relevantes relacionados con la subespecie en León, está la próxima construcción en Valsemana del nuevo centro de cría que impulsa el ministerio. Además, en Laciana se está construyento un voladero.