Diario de León

Cultivos

La primera campaña de zanahoria arranca con elevados rendimientos

Los agricultores superan la media nacional y obtienen entre 110 y 120 toneladas por hectárea

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León

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«Si se nos da bien la remolacha no teníamos que tener dificultades con la zanahoria». La primera campaña de zanahoria industrial en la provincia leonesa se desarrolla con satisfacción desde que comenzó este mes, con buenos rendimientos, que arrojan entre las 110 y las 120 toneladas por hectárea, apuntó el impulsor de las siembras y técnico de la empresa Rajorsa, Jaime Rodríguez. Si se confirman estos datos, la producción se situará entre 1.760 y 1.920 toneladas de unas raíces que llegan a alcanzar los 1,8 kilos.

Cinco agricultores de León han sembrado 16 hectáreas de esta raíz en las localidades de Alija del Infantado, Riego de la Vega, Toral de Fondo, Posada y Torre y Quintana de Fon y han supera do la media nacional de rendimientos, que se sitúa «entre 95 y 100 toneladas» por hectárea. En los buenos resultados influye que se trata del primer año de un cultivo «que se trabaja como la remolacha. Por lo que los agricultores cuentan con esa cultura de cultivo de raíz».  

La empresa a la que se ha enviado la producción, con sede en La Rioja, «nos ha felicitado por el nivel de producción que hemos obtenido y la calidad» de la zanahoria que se ha entregado hasta el momento. Los agricultores recibirán 55 euros por tonelada, por una zanahoria cuyos costes de semilla, abono y fitosanitarios alcanzan los 1.500 euros por hectárea. A estos gastos se deben sumar los que origina el riego, la renta de las parcelas y las labores. Rodríguez considera que alrededor de la mitad del ingreso bruto —27,50 euros— quedan limpios para el productor.  

Las siembras se realizaron a primeros de mayo. Para el nacimiento de las plantas son precisos «doce días de riegos continuos, como en la remolacha». También son similares al de esta los tratamientos de herbicida y fungicidas, ya que zanahoria y remolacha sufren «las mismas enfermedades». La misma situación se da con el abonado y el riego. Además, al tratarse de un nuevo cultivo, «no ha habido que tratar insectos o enfermedades».  

Ahora, los agricultores arrancan la planta «con la peladora que utilizaban para la remolacha» y recogen la raíz «con la máquina de patatas». Al igual que en la producción remolachera, la zanahoria se acumula en montones para su traslado a destino —en este caso, la industria transformadora— en camiones. Allí se lava la raíz y se pesa la producción. Los kilos obtenidos entonces —«es un descuento real», apunta Rodríguez— son los que se abonan al agricultor.  

El técnico de Rajorsa destacó que la iniciativa que ha llevado a cabo con un grupo de agricultores para la siembra de zanahoria «no solo persigue un incremento de la rentabilidad» de las explotaciones agrícolas, «sino encontrar alternativas de siembra: que el productor disponga de distintas opciones y no dependa tanto de que venga el Estado con unas ayudas que, por otra parte, nunca llegan». Rodríguez explicó que no se trata «de plantar zanahoria o cebolla porque lo diga yo, sino de que sean los agricultores los que abran nuevos caminos, lo hagan conmigo o con otro técnico».

 

La raíz se amontona antes de cargarse en camiones. MARCIANO PÉREZ.

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