Diario de León

Un proyecto de las becas Ralbar estudia los regadíos en el Torío

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Hacer frente al cambio climático y hacer un uso eficiente del agua mediante alternativas a los regadíos tradicionales son algunos de los objetivos del proyecto de Digitalización de regadíos tradicionales en la cuenca del Torío que está realizando Pablo Pascual, estudiante de 4º curso de Grado en Ingeniería Agraria, gracias a una beca Ralbar, programa impulsado por la Universidad de León y la Fundación Banco Sabadell. Un proyecto que desarrolla en colaboración con la Comunidad de Regantes de la Presa de Matueca de Torío, una de las adscritas a la Asociación Consejo de la Cuenca del Torío.

La actividad ganadera predomina sobre la agrícola en la ribera del Torío, dedicándose la superficie agrícola casi en su totalidad a las praderas forrajeras. Estas singularidades han dado lugar a un agroecosistema tradicional, identificado por una acusada atomización de la propiedad, la separación de parcelas por ‘sebes’ (refugio de una gran biodiversidad), y por praderas forrajeras, en definitiva, una zona a la que no ha llegado la modernización del regadío, donde se mantiene el riego a pie o también llamado ‘a manta’.

«El cambio climático, con una tendencia a la reducción de las precipitaciones, un alargamiento de la estación seca y aumento de las temperaturas medias en la zona puede poner en peligro el futuro de este agroecosistema a causa de la cada vez más acuciante escasez de agua», explica Pablo Pascual quien se ha marcado como principal objetivo trabajar en «la monitorización, cuantificación y mejora de eficiencia del uso del agua en las zonas regables para una optimización del empleo de un recurso que cada vez será más escaso». En ese contexto de cambio climático y fuertes estiajes veraniegos, Pascual valora que es muy importante «buscar formas alternativas de regadío que concilien los métodos tradicionales con nuevos retos».

Una de las principales misiones de Pablo Pascual es cuantificar la cantidad de terreno que se riega y cuánta agua se gasta en él, algo que actualmente no se hace. «No es un regadío que tenga una sola toma del río, aquí hay muchísimos canales y muchas comunidades de regantes», subraya.

En ese estado y atendiendo a la prioridad de los propietarios de mantener sus costumbres, su planteamiento pasa por la digitalización de la zona, realizando un mapa mediante cartografía SIG. «A partir de ahí y con imagen satélite es muy fácil ver lo que se está regando y lo que no”, explica. Con ello, «se cuantificaría la superficie, que no se conoce, y una vez cuantificada se puede hacer una estimación por grado de la evapotranspiración de las plantas que se puede obtener también vía satélite y, junto a las prácticas culturales de cuántas veces riegan y los usos, se podría determinar la cantidad de agua», detalla.

A lo largo de estos meses también ha programado una serie de charlas en los ayuntamientos de Garrafe, Villaquilambre y Matallana de Torío, sobre el uso eficiente del agua en los regadíos, para tratar de mejorar este aspecto. Además, con la Comunidad de Regantes de la Presa de Matueca, está trabajando en la constitución de un AKI, un sistema de conocimiento e innovación agrícola asociado a la PAC y con el que implicar a otras instituciones con los regadíos de la cuenca del Torío, para poder avanzar en su conocimiento y modernización sin dejar de lado la intención de los propietarios, mantener la tradición.

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