Diario de León

Apuesta decidida por el mundo rural

Un rayo de esperanza que hace resurgir a Villalmán

La pedanía de Sahagún vislumbra un atisbo de futuro gracias al joven Cristian Parra Gil que, tras decidir recuperar las fincas de sus abuelos, lucha ahora para que el pueblo pueda disfrutar de todos los servicios

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Son poco más de medio centenar de vecinos los que en la época estival llenan de mucha más vida la localidad de Villalmán (Sahagún), pero el resto del año son apenas una decena de habitantes los que residen. Un pequeño pueblo, situado en la ribera del río Valderaduey, en el que uno de sus paisanos se resigna a ver como el pueblo de sus amores cae el olvido tras ver como con el paso del tiempo ha ido perdiendo población.

Esta pequeña pedanía de Sahagún vislumbra ahora un rayo de esperanza más de 18 años después de la desaparición de su junta vecinal. Recientemente se ha conformado una asociación de vecinos, desde la cual hacen llegar al Ayuntamiento de Sahagún la necesidades mas básicas con las que continuar defendiendo el futuro del pueblo.

Ahí juega un papel importante Cristian Parra Gil, que a sus 32 años, reparte su vida entre el amor y compromiso de poner a caminar las fincas de sus abuelos en Villalmán, sin que su vida laboral en Bilbao, donde trabaja como conductor de autobús, le impida realizar sus sueños. «Reúno varias días de descanso con el fin de poder escaparme a este rincón de León que tanto quiero y que confío que tenga unas posibilidades óptimas para mantener vivo el mundo rural», destaca Cristian.

Escasa ayuda
Cristian lamenta la falta de apoyo de las diferentes administraciones para dotar al pueblo de servicios

Este joven, que lucha porque Villalmán no caiga en el olvido a consecuencia de la despoblación, cree que «hay que mantener viva la ilusión y marcarse objetivos en la vida que inviten a prosperar y eliminar dificultades. Para ello, debemos creer, y esforzarnos por nuestros productos, organizarnos, crear agrupaciones, cooperativas, trasformemos nuestros cultivos, y busquemos el beneficio común entre todos». «Si alguien está esperando que vengan las soluciones de fuera, lo llevamos claro, porque sólo basta con contemplar la situación actual», lamenta.

Cristian asegura que «en lo personal, me siento como un aventurero en busca de fortuna y la ilusión y el entusiasmo hacen de mí, que busque la felicidad y el desarrollo, dentro del mundo rural». «Buena muestra de lo que digo queda reflejado y a la vista de tantos y tantos que me conocen está porque la vida y el tiempo nos permiten cumplir con cuantos objetivos nos marquemos».

De hecho, asevera que todo comenzó como una broma. «Mi trasiego entre Bilbao y Villalmán, ha ido tomando poco a poco cuerpo y, en la actualidad, junto con mis padres, Carmen y Alberto, decidimos construir la que actualmente es nuestra casa; una construcción en medio del núcleo urbano diseñada y construida mediante el clásico adobe de barro y paja». A partir de ahí, con el paso de los años y el fruto de sus viñedos ha logrado crear su propia bodega donde elabora su propio vino, cosecha para el consumo propio y para tardes de reuniones, logrando un muy rico vino tinto,invitando a la elaboración de un rosado en su primer año muy rico hasta para el paladar mas exigente. Un recurso más para poner en valor el pueblo.

Vista panorámica desde lejos de la pedanía de Villalmán, perteneciente al municipio de Sahagún. ACACIO DÍAZ

No obstante, Cristian señala que, en la actualidad, «ahí estamos peleando por lograr que las administraciones faciliten a nuestra ilusión, facilidad y medios para reconcentrar fincas y dotar de caminos de tránsito entre éstas; materia principal para una mejor puesta en marcha». «Es una medid que puede dar prosperidad a esta parte de León un tanto olvidada».

Asimismo, detalla que «con frecuencia nos acercamos al Ayuntamiento de Sahagún en busca de soluciones y respuestas a nuestras demandas, tales como arreglo de calles que actualmente son de tierra, que si no fuera asfaltado, bien estaría una capa de piedra de rodadura, completando entre sus aceras. Aún así, reconoce que en los últimos años el consistorio ha colocado un par de farolas, otros tantos banco «y poco más allá de la reforma de las escuelas como centro cultural». Sin embargo, apunta que son muchos los servicios que se necesitan mejor en el pueblo, como el alumbrado o el internet, la señal de televisión y la telefonía «porque apenas hay cobertura».

En el abandono de Villalmán, Cristian tampoco quiere dejar pasar por alto que los propios vecinos han tenido que sufragar el coste de una intervención «urgente» realizada en el templo parroquial de San Juan Evangelista del pueblo, propiedad de obispado de León, sin que éste haya querido aportar parte económica alguna. Aún así, no se resigna a seguir luchando por Villalmán porque cree que tiene futuro.

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