Los regantes piden un doble contrato para ahorrar en la factura de la luz

El nuevo periodo tarifario establecido por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que entrará en vigor previsiblemente a partir del 1 de abril, y que fija la metodología para el cálculo de los peajes de transporte y distribución de electricidad —cuya aplicación se vio retrasada como consecuencia de la pandemia—, es un cambio en las tarifas de la luz que también ha generado el enfado entre los agricultores de la provincia leonesa porque son conscientes de que provocará que su factura eléctrica sea prácticamente más del doble de cara de lo que venían pagando.

Pese a que los costes fijos se prevé que sean abaratados, el cambio tarifario fija seis periodos diferentes —desde el P1, que es el más caro, hasta el P6, que es el más barato— en el que se incrementan el número de horas del día y los meses del año que cuentan con los periodos más caros. De hecho, uno de los cambios más significativos es que el mes de agosto, que hasta la fecha tenía el P6 (precio más bajo) durante las 24 horas del día todo el mes, pasa ahora a tener solo 8 horas del día a P6 (de 00.00 a 08.00 horas), aumentado el resto de horas a P3 (el doble de caro) y P4. Asimismo, la entrada en vigor de este periodo tarifario contempla que únicamente los festivos el periodo sea P6 las 24 horas del día, cuando hasta la fecha, además de los festivos, se incluía para sábados y domingos.

Ante este nuevo periodo tarifario que se avecina, el presidente del Sindicato Central de Barrios de Luna, Ángel González Quintanilla, piensa que «está claro que regar, con este cambio, nos va a salir más caro, pero no sabemos cuánto va a ser hasta que el Gobierno no aplique las tarifas en abril». Al respecto, añade que «pese a que abaratan los costes fijos no va a llegar a los regantes para cubrir todo lo que va a ser a mayores en el coste de energía».

Por eso, cree que es necesario que «de una vez por todas» se reglamente una de las reclamaciones que desde el sindicato llevan haciendo desde hace varios años, como es un doble contrato de riego para el agricultor con diferentes potencias según el periodo de uso. «Si se establece un doble contrato, a lo mejor podremos compensar unas cosas con otras porque en estos momentos, si, por ejemplo, necesitamos 100 kilovatios de potencia para regar todo el año, eso lo utilizamos los meses de junio, julio, agosto y un poco de septiembre, pero el resto del año estamos pagando esas potencias sin utilizar prácticamente nada», matiza Quintanilla.