«Hay que ser muy prudentes si queremos volver a la normalidad»
Los albergues siguen al pie de la letra las recomendaciones establecidas por sanidad y disponen de todo lo necesario para los peregrinos que llegan a descansar y conocer los maravillosos pueblos de la provincia.
El control es la parte más importante para ellos, quienes entran, quienes salen, en qué cama duermen... Todo ello es importante ya que si en cualquier momento hay algún problema o incidencia tienen registrado con quien ha dormido y las personas con las que ha tenido contacto.
Todos los albergues tienen un kit para peregrinos en el que dan bolsa para zapatos, otra para las mochilas y una tercera para la ropa sucia, no puede haber objeto personal que este fuera de estas.
Además los vestuarios están cerrados al 50-75%, las habitaciones con una capacidad reducida a la mitad, salas de usos comunes interiores cerradas y paneles informativos distribuidos por todo el local.
Los hospitaleros cuentan que no son las condiciones ideales para nadie, que les gustaría acoger a mucha más gente y tener el ambiente tan agradable de otros años. « Hay que ser prudentes si queremos volver a la normalidad», cuenta Rafael, hospitalero del albergue Siervas de María de Astorga.
La concienciación, responsabilidad y seguimiento de las normas es la base para avanzar hacia una nueva normalidad en la que podamos volver a ver regueros de hormigas peregrinas recorriendo los caminos y visitando los pueblos de nuestra zona.