Sobrevivir con un 0,6% de la ayuda que reciben las renovables

Aun en un escenario energético que camina irremisiblemente hacia la generación renovable, la propia Agencia Internacional de la Energía asume que durante todo este siglo seguirá consumiéndose carbón. La apuesta por apoyar las explotaciones españolas capaces de ser viables en este escenario es una decisión política, aunque requiere que mejoren al máximo su capacidad de producir a menor precio.

Una decisión política que los expertos del sector minero califican de «limosna»: sería imprescindible asumir la propuesta de la Junta de complementar con 10 euros de dinero público cada tonelada de carbón producida. Lo que en un marco fijado que no supera los 4 millones de toneladas anuales, supondría 40 millones de euros. Una cifra insignificante si se compara con los 7.000 millones que reciben en primas las renovables (un 0,6% de esta cantidad). Máxime cuando la energía limpia supone a día de hoy alrededor de un 20% de la generación: el mismo porcentaje que producen las térmicas de carbón.

El caso es que a día de hoy países como Colombia, Indonesia o Sudáfrica ponen en los puertos españoles la tonelada de carbón a menos de 50 dólares (en 2008 superaba los 100 dólares). El transporte hasta las térmicas de interior (que también dejarán de ser competitivas si se cierran las minas locales) suma otros 15 euros. Eso implica que las explotaciones autóctonas tienen que producir a 65 euros por tonelada, algo a día de hoy imposible.

«La inversión está hecha, los medios son modernos. La cuestión es si puede mejorarse el laboreo para llegar a ese nivel de competitividad. Hay muy pocas empresas que puedan intentarlo, y la Vasco es una de ellas. Pero nadie en su sano juicio podría poner hoy la mano en el fuego porque llegue a conseguirse», reflexiona uno de los ingenieros.