El mal tiempo impide la búsqueda del trabajador sepultado por un alud

Las malas condiciones meteorológicas y el riesgo de nuevos aludes en la zona impiden este lunes que se reanuden las labores de búsqueda del segundo operario sepultado por una avalancha de nieve cuando realizaba junto a su compañero fallecido labores de limpieza para dejar expedita la carretera AS-253 en el puerto de San Isidro.

La consejera de Presidencia, Rita Camblor, ha ratificado esta situación tras la reunión del centro de coordinación operativa integrada (Cecopi), en la que también ha participado el presidente del Principado, Adrián Barbón, el consejero de Infraestructuras, Juan Cofiño, así como miembros de la Delegación del Gobierno en Asturias, de los equipos de rescate de la Guardia Civil y de Bomberos.

El operativo desplegado en la zona, integrado por servicios de Emergencias, personal de lnfraestructuras, Guardia Civil y la Unidad Militar de Emergencias, constató hoy de nuevo la imposibilidad de reiniciar las tareas de rastreo, suspendidas el sábado por la tarde tras localizar la máquina fresadora con la que operaban los dos trabajadores siniestrados.

Las condiciones meteorológicas -está nevando en la zona- y el alto riesgo de aludes ante la continua acumulación de nieve hacen que no se prevea reiniciar la búsqueda del trabajador, según informa el 112 Asturias.

Camblor ha incidido en que cualquier tipo de actuación en este momento “pondría en riesgo a los profesionales”, debido a la inestabilidad del firme y a los continuos aludes .

La consejera ha anunciado que mañana visitará el puesto de mando avanzado, en el que se evalúa la situación cada mañana, para ver “si hay tregua” y valorar “qué tipo de actuaciones se pueden acometer”.

Asimismo, ha subrayado que el Gobierno regional está “en continuo contacto con la familia” , a la que se le informa de las actuaciones que se hacen “y de las que no se pueden hacer por seguridad de los trabajadores”.

La máquina limpiadora fue localizada, partida en varios trozos, a más de 200 metros de la carretera por la que circulaba, a la altura de Riofrío y a unos cuatro kilómetros de la cima del puerto (1.520 metros), una zona donde la nieve alcanzaba un espesor de cinco metros sobre la calzada.

La ladera sobre la que siguió deslizándose el alud tras superar la calzada de la carretera es, según los servicios de Emergencia, un área muy extensa para realizar el rastreo y está cubierta por un manto nivoso de gran espesor y escasa estabilidad, lo que podría generar una nueva avalancha en una zona en la que los rescatadores no contarían con ninguna escapatoria.