UCCL pregunta a Azucarera si «lo mejor está por venir, pero para los accionistas»
La Unión de Campesinos de León criticó ayer los eslóganes de la campaña de marketing de la empresa Azucarera que gestiona la planta de La Bañeza con los lemas Lo mejor está por venir y Un nuevo comienzo juntos , al considerar que no representan la realidad.
En un comunicado, el sindicato agrario explica que después de la eliminación hace tres años de las cuotas con las que el mercado europeo estaba regulado y la bajada del precio del azúcar que se repercutió en el de la remolacha del agricultor, se puede afirmar que «Lo mejor está por venir’ será para los accionistas de la empresa».
La organización advierte de que tras la drástica reducción de la superficie destinada al cultivo de esta raíz de entorno al 45% del total, la empresa pretende «adular al agricultor con una nueva estrategia de contratos a uno o dos años en los que ofrecen hasta un 25% más de bonificación en el caso de los contratos bianuales».
Bonificaciones en el aire
«El problema es que ese 25% se traduce en un euro más por tonelada siempre que la tonelada tipo europea alcance los 500 euros, cosa harto difícil estando ahora a 409 euros, por lo que las bonificaciones están basadas en supuestos», criticó la UCCL.
Por otra parte, el sindicato explica que Azucarera ha promovido el cultivo de remolacha de secano en la parte sur de la península mediante una cantidad fija asignada a la superficie independientemente de la producción por lo que la remolacha recogida no alcanza la productividad que persiguen.
«Mientras tanto en la zona norte exigen a los cultivadores que paguen la cuota Aimcra (Asociación para la Investigación y Mejora del Cultivo de la Remolacha Azucarera)», ha señalado la organización agraria.
Además, en el comunicado UCCL denuncia que en la última campaña la compañía importó tres barcos de azúcar de caña desde países sin legislación medioambiental, ni de fertilizantes, ni de pesticidas y con condiciones laborales pésimas por lo que «no sólo ofrecen un producto de dudosa calidad si no que devalúan aún más el precio de la remolacha y hieren de muerte a este cultivo tradicional».