Diario de León

Investigación

La ULE avanza en el almacenado de la energía renovable

Un grupo de investigación analiza el efecto de un corte de suministro a largo plazo

Adrián Escapa, Raúl Mateos e Isabel San Martín en uno de los laboratorios de la ULE. DL

Adrián Escapa, Raúl Mateos e Isabel San Martín en uno de los laboratorios de la ULE. DL

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León

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La producción de energía renovable está batiendo récords en los últimos años en todo el mundo. Sin embargo, la naturaleza impredecible y la variabilidad de la energía renovable representan los principales obstáculos para un uso generalizado de estas tecnologías. La solución a este desafío pasaría por los sistemas de almacenamiento eficientes que permitan explotar los excedentes de electricidad.

Un grupo de investigadores del Instituto de Recursos Naturales de la Universidad de León (ULE) ha desarrollado un estudio científico sobre el comportamiento de la electrosíntesis microbiana (MES), una novedosa tecnología englobada dentro de los procesos de captura y transformación del CO2 y cuyos avances y resultados han sido publicados en la revista científica Journal of Energy Chemestry , bajo el título La desconexión eléctrica prolongada de un sistema de electrosíntesis microbiana promueve la metanogénesis .

La electrosíntesis microbiana, denominada de forma general MES por sus siglas en inglés (Microbial Electrosintesis), es una nueva tecnología capaz de convertir una corriente de CO2 y electricidad en combustibles y productos químicos fácilmente almacenables y transportables utilizando microorganismos electroactivos como biocatalizador. Una de sus principales ventajas es que permite la producción de compuestos de carbono de utilidad industrial a partir de CO2 empleando un catalizador de bajo coste (microrganismos).

Sin embargo, «es imprescindible que estas celdas tengan un potencial eléctrico aplicado y por tanto conexión permanente a suministro eléctrico», explica Raúl Mateos González, autor principal del trabajo de investigación realizado durante su estancia de investigación predoctoral (tres meses) en el centro de investigación Vito situado en Mol (Bélgica), y profesor ayudante doctor de la ULE.

Para poder obtener máximos beneficios de las ventajas que ofrecen estos sistemas, es necesario que la alimentación eléctrica provenga de una fuente de energía renovable. Esta integración puede además servir para almacenar en forma de energía química los excesos de producción de las renovables. A pesar de ello, la naturaleza fluctuante, intermitente e imprevisible de algunas fuentes de energía renovable puede afectar al funcionamiento de estos reactores.

Mateos González asegura que «el objetivo concreto de este trabajo es evaluar qué impacto tiene una desconexión larga (6 semanas) sobre el funcionamiento, la productividad, el producto final obtenido y la evolución de la comunidad microbiana en un reactor MES que previamente había sido mantenido operando de forma estable más de un año».

El ensayo publicado tiene una duración aproximada de 42 días de operación del reactor y los resultados demuestran —según Mateos González— que «un sistema MES alimentado con carbono inorgánico es robusto frente a interrupciones prolongadas en el suministro eléctrico, recuperando su electroactividad en un plazo muy corto tras la reconexión».

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