Diario de León

Valencia de Don Juan

Una galería secreta en el castillo

Descubren una galería subterránea durante las obras de consolidación de la fortaleza de Valencia de Don Juan, que debía de ser utilizada para acceder directamente al agua del río

Estructura que se ha colocado a la entrada de la galería. MEDINA

Estructura que se ha colocado a la entrada de la galería. MEDINA

León

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El castillo de Valencia de Don Juan guarda misterios que no dejan de sorprender. Algunos que prácticamente podrían haberse perdido para siempre y otros que, casi por casualidad, aparecen sin esperarlos, como es el caso.

Vamos con la historia cuyo devenir de los acontecimientos relata Fernando Barrientos, director de Intervención Arqueológica de la Obra de Consolidación del Castillo de Valencia de Don Juan, que se ha estado llevando a cabo desde hace unos meses.

Antes de iniciarse la intervención, en la ladera que da al río Esla, a simple vista, se veían dos paredes paralelas que salían del cerro «que nos indicaban que ahí había algún tipo de estructura que se había derrumbado, algo común en esa zona. Precisamente por eso se estaba llevando a cabo la obra».

Patrimonio ya había determinado que esa estructura debía salvaguardarse con algún tipo de prefabricado de hormigón y dejarla accesible para poder realizar una investigación más profunda en el futuro.

Características

La galería se adentra unos 20 metros en el cerro, está excavada en la tierra y cuenta con bóveda ojival

Eso es lo que se co ocía: dos paredes y un gran cono de derrumbe encima, algo similar a la entrada de una bodega tradicional que se ha derrumbado. Pero, ¿qué habría detrás? ¿Dónde llevaría?

La empresa encargada de la ejecución de la obras comunica a los técnicos que si no se quitan las tierras movidas por continuos derrumbes, aunque se coloque una estructura de hormigón a la entrada, cuando se quisiera seguir investigando se vendría todo abajo. Por ello se decide eliminar la tierra movida, siempre con la idea de facilitar una investigación a futuro. Se quitan unas paladas con la máquina retroexcavadora e inmediatamente aparece una oquedad, una abertura que profundiza en el cerro. Se paran las máquinas y se sigue a mano en lo que parece ser una galería que, en principio, tenía el techo caído. «Pero como los arqueólogos no nos podemos parar quietos, yo me metí hasta el fondo con una linterna y vi perfectamente que en los 8 ó 9 primeros metros estaba caída, pero más al interior teníamos la techumbre original completamente intacta en otros 10 y 11 metros», relata Barrientos.

Se había descubierto, pues, una galería de unos 20 metros de longitud que profundiza desde el río hacia el interior del castillo con una pendiente constante de 12-13% en la que los primeros 8-9 metros está la bóveda derrumbada y los otros 10-11 se mantiene en su estado original.

Sentido práctico

Se trata de una ‘mina de aguada’ que al ir en línea recta es probable que estuviera dotada de poleas

Y surgen las preguntas que los investigadores tratan de responder. ¿Que podría ser? ¿De qué época? ¿Pertenecería al castillo? A expensas de las investigaciones posteriores, parece claro que sí pertenecía al castillo. La galería está excavada en tierra y cuenta con una bóveda ojival «que se hacían durante la época gótica, siglos XII al XV, donde se sabe que hubo varias fases de castillo, por lo que parece que forma parte del mismo». Además en el interior de la galería aparecen dos paredes como refuerzo de la estructura que utilizan una fábrica muy similar, «por no decir idéntica», a la que hay en el castillo a base de cal, arena y canto rodado.

Estructura que se ha colocado a la entrada de la galería. MEDINA

Y, ¿qué podía ser? ¿Una especie de pasadizo por el que escapara el conde en tiempos de sitio? Pues, explica Barrientos, que pudiera usarse para eso, pero la finalidad diaria debía ser mucho más pragmática. En base a lo descubierto, Fernando Cobos, arquitecto que está contratado como asesor científico de la obra y gran conocedor del mundo de los castillos, determinó que se trata de una ‘mina de aguada’. Es decir, una galería que permitiera un acceso directo desde el castillo al río Esla para abastecerse de agua. Aunque las hay que van de manera irregular salvando los inconvenientes del terreno, ésta va totalmente recta.

Entrada

Se ha colocado una estructura de hormigón que irá totalmente cubierta de tierra

Además, Cobos defiende la mayoría de estas ‘minas de aguda’ que van en línea recta debían de estar dotadas de algún sistema de poleas que facilitasen el trabajo de los ‘aguadores’. Es decir, en vez de que una persona bajase al río, llenase un caldero de agua y la subiese al castillo por la galería, lo que haría sería llenar varios cubos que colocaría en una cuerda y subiría por una polea hasta arriba donde otra los recibiría, ahorrando así esfuerzo de subir y bajar. Incluso, podría usarse fuerza animal, de un burro por ejemplo, para tirar de la cuerda.

Esto es, en resumen, lo que se ha descubierto a la espera de que investigaciones futuras continúen desvelando misterios como saber si llegaba hasta la torre del homenaje (lleva esa dirección). Para ello harán falta nuevas inversiones.

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