Diario de León

Fresno de la Vega, patrimonio muy vivo

Un siglo para la enseñanza

El emblemático edificio de las escuelas públicas, inaugurado en marzo de 1920, cumple cien años manteniendo su función y aspecto original

Imagen actual de la fachada del edificio de las escuelas de Fresno de la Vega.

Imagen actual de la fachada del edificio de las escuelas de Fresno de la Vega.

León

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Un siglo cumplen este mes las escuelas de Fresno de la Vega, un edificio singular, que mantiene en su fachada el aspecto original, en el que se han formado varias generaciones locales.

Carmen Fernández Marcos relata su historia en una detallada narración. Según señala, en el siglo XVIII la localidad ya contaba con escuela de primeras letras donde un maestro pagado por el concejo enseñaba a leer, escribir y contar. Un siglo después, Madoz (1850), certifica una escuela a la que asisten 150 niños. En esa época es ya importante el número de escuelas en la provincia de León, con 807, cifra que dos décadas después consigue un aumento espectacular hasta llegar a las 1.309, fruto de la Ley Moyano de 1857, situando a provincia en el primer lugar del país en escuelas públicas.

Pero, a pesar de este puesto de privilegio, durante todo el siglo XIX y las primeras décadas del XX, existía un grave problema con los edificios escolares rurales, ubicados en locales que no reunían las condiciones mínimas de higiene, salubridad y habitabilidad.

Y Fresno de la Vega no era una excepción. En 1908, cuando el arquitecto provincial Francisco Blanch y Pons visitó su escuela escribió: «Se impone forzosamente la construcción de un nuevo edificio de escuelas porque las que existen en una propiedad del Ayuntamiento en la plaza Mayor no reúnen las condiciones que la higiene y la pedagogía requieren, máxime cuando la villa aumenta en vecindario y hay que atender a las necesidades del provenir». Es el arranque de un largo camino para la construcción de un nuevo edificio que obstáculos burocráticos, pero también naturales, riadas y tormentas que anegan la vega del Esla que dejan al pueblo y su Ayuntamiento en situación de miseria, como relata Andrés Garrido, diputado a Cortes por Valencia de Don Juan, quien intercede ante las instituciones «para que hagan lo posible y el edificio de las escuelas no le costase caro a Fresno».

Es en 1916 cuando el Ayuntamiento, presidido por Domingo Gigosos, acogiéndose a un R.D. del Ministerio de Instrucción Pública que subvenciona la construcción de escuelas al 50%, aprueba el proyecto para el ansiado edificio en «un nuevo lugar a la entrada del pueblo, aislado y bien ventilado y que contaba con el agrado de los vecinos».

La obra, bajo la dirección del arquitecto provincial Manuel de Cárdenas, es adjudicada por la corporación, tras subasta pública, al maestro de obras y contratista local Filiberto Reinoso, que se comprometa a ejecutarla por 23.528 pesetas. El 9 de diciembre de ese 1916 arrancan las obras.

El Ayuntamiento, en nombre y representación del pueblo, se obliga, utilizando la prestación personal de los vecinos a acarrear y colocar a pie de obra todos los materiales necesarios para la construcción del edificio. Así, desde 1916 hasta 1920, ininterrumpidamente, una vez al mes al toque de ‘facendera’ los vecinos de Fresno, organizados por calles y oficios (labradores, hortelanos, braceros de yunta, caballerías y herramientas de carga y descarga) transportaron cantos, arena, ladrillos, adobes y tejas sin que se conozca más incidencia que la petición de los hortelanos de que su prestación no caiga en día de mercado.

Así, con el trabajo de todos, en marzo de 1920 se inauguraron las nuevas escuelas públicas en un acto sencillo que no contó más que con la bendición del edificio por Gaudencio Vicente, sin más gasto que 11,5 pesetas para dos velas. Los casi 250 niños y niñas se trasladaron con sus maestros, Ramón Pereda Fernández y Daniela García Sastre.

El nuevo edificio constaba de dos aulas y un amplio patio. En el exterior, la fachada, que aún conserva su aspecto original, mezcla los materiales de la arquitectura tradicional de la zona (canto rodado, adobe, ladrillo, teja...).

A lo largo de este siglo las escuelas de Fresno de la Vega han experimentado numerosas reformas, adaptándose a las necesidades educativas, pero manteniendo en la fachada su estructura original. Hoy ya es un patrimonio del pueblo y siguen prestando servicio.

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