Diario de León

TESTIMONIO

Una vida de guión de película

La alemana Eva Schenk lleva a la Casa Panero la crudeza de la Segunda Guerra Mundial en primera persona.

Eva Shenk posa con la bola del mundo, ya que las fronteras han marcado su vida.

Eva Shenk posa con la bola del mundo, ya que las fronteras han marcado su vida.

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a.g. valencia | sueros de cepeda
León

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Hay veces que la realidad supera la ficción y que existen vidas dignas de protagonizar una película, taquillazo asegurado en los cines. Tanto por la historia como por aquello que trasmite. Uno de estos casos es el de Eva Schenk, una mujer alemana a quien las fronteras han marcado sus 81 años. Apenas tenía 6, cuando el primer día de colegio se truncó para ella. Era septiembre de 1939. Vivía en la ciudad libre de Danzing y los aviones nazis sobrevolaron el cielo de la localidad. Las lágrimas de su madre apoyada en la ventana ya vaticinaban que nada bueno se avecinaba. La Segunda Guerra Mundial acababa de comenzar y ella sólo era una niña. Una niña, eso sí, que grabó en su retina todo lo que vivió. Experiencias que le han servido para ser «una mujer fuerte», como ella se define y que ayer compartió en la Casa Panero de Astorga con el objetivo de que su testimonio sirva para no repetir situaciones del pasado. «He constatado que las guerras no solucionan los problemas, éstos se resuelven con diplomacia. Así es como se debe y se puede hacer», asegura Eva, que echa la vista atrás para seguir recordando su periplo.

«Danzing era una ciudad en constante conflicto», narra la superviviente, que recuerda que toda la estructura de la localidad cambio tras ser ocupada. Tanto, que Eva junto a su madre y sus hermanos tuvieron que abandonar su casa, refugiándose en la finca de un campesino a unos 100 kilómetros, en la península de Hela. Su padre se quedó trabajando en Danzing.

Fue en la casa de este campesino donde Eva vivió una de las experiencias más emotivas de su vida, que la han llevado a darse cuenta de que hay ‘buenos’ y ‘malos’ en cualquier bando.

El día de su doce cumpleaños, el 18 de marzo de 1945, en el final de la guerra, su madre le había preparado una tarta, narra la protagonista. Sin embargo, la llegada de algunos soldados rusos a la finca les hizo presagiar lo peor. Tiros al aire y ellos en fila en el patio. El desconcierto era total, aunque la presencia de un oficial, también de Rusia, ayudó a paliar la situación, que pudo relajarse. Ya a salvo en la misma finca, preguntaron al oficial por su perfecto alemán, a lo que contestó que era un amante de esa cultura, de ahí que no entendiese la barbarie que había acontecido. La madre de Eva, como cuenta, le preguntó al ruso por su familia. «Sacó una foto, donde salía una mujer rubia y dos niños», asegura la superviviente, que recuerda que la siguiente frase «fue que los habían matado». «En ese momento todos comenzamos a llorar», dice Eva, que aún tiene esta historia grabada en su memoria. Su madre sacó su tarta de cumpleaños y la compartieron.

Con la contienda finalizada la familia decidió volver a Danzing. Allí los polacos había ocupado su casa. Ellos estaban en la calle. Su padre en la cárcel y Eva y su hermana enfermas de Tifus. Si bien, fue la enfermedad la que permitió el reencuentro con su progenitor al que dejaron salir de la prisión para acompañarlas. «Nos curamos sin ningún medicamento», asegura.

Dejar Danzing, de nuevo

En octubre del 45 se vieron de nuevo obligados a abandonar Danzing. Un atillo es lo único que recogieron. Su siguiente parada fue el campo de refugiados de Thuringen, donde estuvieron hasta julio del 46. En total, Eva ha vivido en cinco estados, desde Danzing hasta la Alemania unificada, pasando por la Alemania de Hitler, el sector americano, cuando se divide el país, y la República Democrática Alemana, donde asegura que vivió los mejores años de su vida. Su primer amor, su primer hijo, las dificultades de ser madre soltera y su boda, también han marcado su historia, la que ayer compartió al hilo del programa, que impulsa el Ayuntamiento, Cien años buscando la paz .

Ahora, su idea de patria es la de libertad, pensamiento parecido entre las personas, unidad, cosmopolitismo, igualdad, solidaridad y sobre todo, paz.

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