Unef defiende que las plantas solares son un «aliado» para luchar contra la despoblación

«Probablemente no todos los proyectos salgan adelante». Así lo asegura a este periódico el director general de la Unión Española Fotovoltaica (Unef), José Donoso, que explica que «bajo mi punto de vista, sólo llegarán a instalarse en León un 50% de las plantas solares que hay proyectadas porque tienen que seguir tres pasos claves que no todas van a conseguir». En ese sentido, detalla que «la primera clave es que el proyecto cuente ya con un punto de conexión y, si no lo hay, es un paso que puede durar mucho en realizarse; el segundo, es cumplir un estudio de impacto ambiental que respete todas las zonas protegidas y los demás criterios que tenga que cumplir; y el tercero filtro es conseguir la financiación, puesto que la planta tiene que ser rentable y tiene que haber encontrado una solución de cómo va a vender esa energía».

No obstante, Donoso asevera que la instalación de estos parques solares «son todos ventajas para los pueblos en los que se pretendan construir», además de defender que son un «aliado» en la lucha contra la despoblación porque «haciendo las cosas bien es una oportunidad para la biodiversidad». De hecho, destaca que «si se hacen bien las cosas se puede llegar a cambiar la vida de un pueblo», a la par que puso de ejemplo que «un ayuntamiento puede recibir 10.000 euros por megavatio al año y ese dinero pueda ayudar a desarrollar muchos proyectos si se gestiona bien y con transparencia».

«Es una realidad que tenemos que seguir consumiendo energía eléctrica cambiando las fósiles y, las renovables, respetando todas la legislación ambiental, es la mejor opción», añade el director general de Unef, que lamenta la «visión reducida» de las plataformas que surgen en diferentes pueblos contra los proyectos porque, en su opinión, «sólo van prácticamente al tema del paisaje yen vez de verlo desde una situación global de todo lo que puede suponer para el pueblo».

Asimismo, Donoso afirma que desde Unef son partidarios de que el empleo que se genere se dedica a personas que vivan en esos pueblos y que, además se llegue a acuerdos con asociaciones de los pueblos «para que trasladen sus necesidades y con parte de los ingresos de las plantas se puedan financiar proyectos de futuro».